El fantasma de FAW y Elektra, cada vez se disipa más. La invasión china no para y a diario despertamos con la noticia del arribo de más y autos procedentes de aquel país. El último en llegar, es el JAC E10X, un pequeño hatchback cero emisiones llamado a popularizar el auto eléctrico en México. Altas pretensiones, pero con un diseño carismático, una autonomía y tiempo de recarga bastante competitivos, así como un precio de $425,000 pesos para la versión de pasajeros (apenas superior a la de un SEAT Ibiza 1.0L FR), podría lograr su cometido.
Mientras este auto, es apenas una promesa, hay otros vehículos del gigante asiático cuya presencia ya está consumada en nuestro mercado. El mejor ejemplo lo tenemos en Morris Garages (MG), una marca de origen británico, pero donde el capital y manufactura, son cortesía de SAIC Motor. En general, el desempeño comercial de esta marca es de sorprender, pero resalta el MG5 que ha resultado ser un “best seller”, a tal grado que, en octubre del presente año, se colocó como el noveno automóvil más vendido en México. Si bien MG tuvo un pasado en nuestro país, tampoco, fue, muy dulce que digamos. Sin duda, un gran trabajo. El reto, es mantener el ritmo.
La representación china, no termia ahí, ya que en este 2021 Motornation, se reorganizó y aunque mantiene la representación de BAIC y JMC (que francamente no los ha ido muy bien que digamos), sumó a Changan, cuyo perfil y enfoque son más aspiracioncitas. Está por ver, si el consumidor mexicano está dispuesto a pagar un poco más de lo habitual. En este mismo tenor, BYD, una marca especialista en autos eléctricos, también está a nada de arrancar operaciones en México. Incluso, ya está contratando personal y actualizó su perfil en redes sociales. Por su parte Chirey (Chery) está lista para arrancar con todo el próximo año. Nuevos jugadores, se integran.
Lo cierto, es que, está invasión, no solo está representada por las firmas antes mencionadas, sino, también, también, en su búsqueda por sobrevivir, los tradicionales fabricantes occidentales, han tenido que recurrir a la importación de autos desde China. En caso, que mejor ejemplifica esto es Chevrolet, que tiene en el Aveo, no solo a su modelo más vendido, sino también, de forma un tanto irónica, al auto chino con mayor proyección comercial en México. Su gran pasó, además, terminó por abrirle la puerta a sus hermanos Cavalier, Groove, Tornado Van o Captiva, está última, otro gran acierto para GM. Todos esenciales, para mantener a Chevrolet, en los primeros lugares de ventas. Algo, que sus compatriotas, no han podido lograr.
Justo en este tenor, Stellantis hizo un movimiento arriesgado con la nueva Dodge Journey que no es otra cosa una GAC GS5 remarcada (que, aun así, es un modelo de gran reputación en su mercado de origen), y Ford lleva, tiempo coqueteando con la idea de importar la Territory, que ya está presente en varios países de América Latina. En su momento Honda, hizo lo propio con el City e incluso también BMW con el Serie 1 Sedán. Tampoco hay que olvidar a Buick Envision.
Como verás, la irrupción china parece imparable, pero detrás hay un pequeño secreto. Y es que, en medio de una crisis de proveeduría de semiconductores (y otros tantos insumos), China, es el único país del mundo que de momento dispone de ellos y esto se traduce en una disposición inmediata de producto para los consumidores. Contrario a lo que sucede con varias firmas tradicionales, que han sufrido por la carencia de estos dispositivos electrónicos.
No por nada en la reciente cumbre trilateral que sostuvieron los presidentes Andrés Manuel López Obrador (México), Justin Trudeau (Canadá) y Joe Biden (Estados Unidos), se enfatizó la necesidad de que Norteamérica produzca semiconductores en la región, lo cual, por obviedad, reactivaría la producción local. Y aunque, parece, que hay un consenso unificado, la realidad, es que, de concretarse, aún tardará un tiempo para que el proyecto arranque y veamos sus beneficios.
China es el futuro de la industria automotriz y si bien, es un error, cerrarles la puerta a sus autos, también llegó el momento de que su expansión, tal y como lo hicieron japoneses y surcoreanos, esté acompañada de la apertura de nuevas plantas de producción (y no solo de ensamble) fuera de China, y sí, México, siempre será un fuerte candidato para albergarlas en Norteamérica.
Sin duda, los chinos, tienen que aprovechar esta ventana para ganar terreno lo más pronto posible en México (lo que, a su vez, en un futuro les ayudaría a entrar a EEUU y Canadá) y de paso romper de una vez por todas, los estereotipos del pasado. Si lo logran, la incursión podría sobrevivir aún después pasada la crisis, o de lo contrario, solo estaríamos ante una burbuja de éxito. Aunque al final, solo el actual reacomodo económico global, nos dará las respuestas.
Y a todo esto, cuéntame ¿cuál es la opinión que te generan los autos chinos?