Por fin, luego de bastante tiempo de espera la ansiada motorización turbo llega al Mazda3 Sedán. Si ya tuviste oportunidad de leer nuestras pruebas a los Mazda3 hatchback Turbo y Mazda CX-30 Turbo, en realidad no hay grandes novedades.
Bajo el cofre encontramos el fantástico pero sediento 2.5 litros sobrealimentado que entrega 227 hp y unas muy saludables 310 lb-pie de torque que va asociado a una caja automática de seis velocidades que envía la potencia a las cuatro ruedas.
Mazda3 Sedán Turbo, ¿Cuáles son sus rivales?
Al tener una configuración de 3 volúmenes, el 3 Turbo encuentra pocos rivales en nuestro mercado, definitivamente el más frontal es el KIA Forte GT que es una decena de miles de pesos más accesible, aunque emplea un motor más pequeño y menos potente.
El exponente coreano es un rival bastante competitivo, incluso podría afirmar que se ubica en la parte más alta del segmento de los sedanes compactos (Jetta, Sentra, Corolla, etc). Esto claro, mientras no existiera el Mazda3 Sedán Turbo que es superior en buena parte de los rubros; refinamiento, manejo y calidad percibida del interior. Todo excepto en dos aspectos; espacio interior y consumo, sobre todo esto último en donde el exponente nipón saca nota reprobatoria.
¿El Honda Civic? Es un producto muy sólido, se maneja bien, está bien hecho, lo hace todo bien, pero incluso en su versión más básica es poco menos de 20 mil pesos más caro, de las versiones intermedia o tope mejor ni hablamos. Es buenísimo, pero está fuera de mercado.
Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar al Volkswagen Jetta GLI que sí está un escalón arriba. Es un sedán deportivo en toda regla, con una puesta a punto impecable, gran manejo, aceleraciones explosivas, excelente retroalimentación de suspensión y dirección. Vaya, es un deportivo en serio, mientras que el Mazda3 Sedán Turbo no lo es, y nunca tuvo la intención de serlo. Eso sí, tendrás que pagar poco más de 80 mil pesos adicionales.
Mazda3 Sedán Turbo: Interior
Al igual que el resto de la familia Mazda3, el 3 Turbo es impecable desde adentro, buena calidad de materiales y ensamble, así como un nivel de equipamiento muy adecuado.
Asientos y volante forrados en piel, quemacocos, climatizador bizona, acceso y arranque mediante llave inteligente, en realidad no falta nada. ¿Pecadillos? Sí, algunos como la falta del cargador inalámbrico o la compatibilidad sin necesidad de cable con Android Auto y Apple Carplay, nada que un cable USB no solucione.
Como siempre lo he dicho, la experiencia a bordo del Mazda3 es excelente y aunque no es premium, de las marcas generalistas, sí es la que más se acerca.
Las superficies son suaves al tacto, los insertos metálicos en molduras y botoneras están bien cuidados y toda la botonería presenta una solidez muy agradable cuando la presionas.
Eso sí, el Mazda3 Sedán Turbo, como buen auto de la marca, privilegia la forma sobre la función y esto se nota en la habitabilidad, el espacio es reducido incluso en los asientos frontales, por lo que si eres muy alto vas a tener que reclinar mucho el asiento para entrar sin tocar el toldo. Atrás la historia se repite, tanto el espacio de piernas como para cabeza es justo, un adulto de talla media cabe, pero no va a viajar a sus anchas como sucede en un Jetta por ejemplo.
Mazda3 Sedán Turbo: Manejo
Tras el volante, el Mazda3 Sedán Turbo es una maravilla, la respuesta es contundente en toda la banda de revoluciones, siempre hay potencia y de sobra, ya sea para incorporaciones, recuperaciones o rebases. Su hábitat natural, definitivamente autopistas, ¿caminos con curvas? También gracias al AWD, pero no para ritmos de rally, y siempre y cuando, no abuses del pedal de freno.
Ya lo habíamos mencionado en su momento, las variantes turbo del Mazda3 no traen de fábrica modificaciones ni en suspensión o frenos con respecto de las variantes 2.5 aspiradas, entonces aunque sí hay sobre todo mucho más torque, el chasis no tiene un ajuste netamente deportivo, de hecho ese balance entre: refinamiento, buen aislamiento, aplomo, comodidad y contundencia en la respuesta es lo que más me gusta, es un enfoque que caracteriza siempre a las versiones terrenales de los sedanes de marcas las marcas premium europeas, léase Serie 3, A4, S60 o Clase C por mencionar algunos.
Ojo, para que no empiecen con el hate, no estoy diciendo que el Mazda3 Sedán Turbo sea un rival para los sedanes premium antes mencionados, me refiero a que la puesta a punto tiene un enfoque muy similar.
Del lado del manejo si cabe una queja, sería a la caja de cambios, la automática de 6 velocidades ya se percibe veterana, si bien es suave en las transiciones y cuenta con modo manual, ya se siente algo lenta y una con más radios podría ayudar a mejorar un poco el rendimiento. Aun así, la realidad es que cumple cabalmente.
Mazda3 Sedán Turbo: Conclusión
Que gran producto es el Mazda3 Sedán Turbo, potente, bien terminado, cómodo, bien plantado y con esa retroalimentación que hace especiales a los Mazda.
Un fantástico tope de gama para la familia del Mazda3, que lo único que va a pedir a cambio es que te acostumbres a visitar seguido la gasolinera.