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Motor de arranque: March, Kicks y la evolución de Nissan

Luego de la revolución que suponen las nuevas generaciones el Versa y Sentra, Nissan nos ha acostumbrado a esperar cosas extraordinarias

Motor de arranque: March, Kicks y la evolución de Nissan

Con mucha frecuencia recibo consultas en redes sociales sobre si existe superioridad de una marca sobre otra, por ejemplo, quieren saber cuál es mejor: si Mercedes-Benz o BMW; Honda o Toyota; Subaru o Mazda. Invariablemente mi respuesta es que es más precisa la comparación hecha por modelos que por marca, porque en casi todas hay productos buenos, mediocres o de plano malos. En el caso de Nissan Mexicana, hace dos años era difícil encontrar un producto realmente sobresaliente ante sus rivales, con la excepción probable del GT-R, del 370 Z y de las pickups. Sin embargo, las cosas comenzaron a mudar dramáticamente para mejor con el nuevo Versa. De ser un auto superior y de mejor valor/precio que sus rivales en 2011 cuando fue lanzado al mercado, el Versa había estado relegado a la mediocridad, al papel de un auto que cumplía sin mayor aporte la función de llevar a las personas de un lado a otro. Fiable, como casi todo en la marca, también como la gran mayoría de sus “hermanos” era un auto que quedaba atrás de sus rivales en motor, manejo, consumo (que era malo con caja automática, aunque bueno con caja manual) y, principalmente, seguridad. Pero la renovación fue espectacular. Aunque perdió espacio trasero al adoptar la plataforma de la Kicks, el Versa ganó en todo lo demás y hasta pasó a ser, en su versión más equipada, el auto más seguro no solo de su segmento, también del segmento inmediatamente superior.

Con el Sentra la evolución fue equivalente. De la opción menos recomendable en su categoría, el compacto de Nissan pasó a ser de las mejores alternativas en su clase. Al igual que el Versa, pasó a ofrecer la alternativa más segura entre los sedanes compactos, pero fue más allá al regresar a esa categoría la suspensión trasera independiente -en su época una fortaleza del Tsuru- y poner una versión con mucho equipo y caja manual, haciendo que los amantes del mayor control en el manejo, encontrara en el Sentra, esa posibilidad sin sacrificar tanto el equipamiento, como obligaban sus rivales.

Expectativa y realidad

No fue diferente con la NP 300 y la Frontier y en este caso la evolución me parece aún más digna de aplausos, porque no es muy difícil evolucionar autos mediocres como eran las generaciones anteriores de Versa y Sentra, pero hacerlo con productos líderes y competentes como sus pickups, sí exige un mayor nivel de esfuerzo e inversión. Nissan sorprendió a muchos y me incluyo entre ellos. Enhorabuena.

El detalle es que, con esos nuevos productos, la marca elevó mucho el nivel de expectativa con relación a las renovaciones futuras y dos de sus vehículos que más rogaban por cambios positivos eran Kicks y March. Y fue en ellos donde las altas expectativas chocaron un poco contra la pared de la realidad.

Muchos - en este caso no me incluyo entre ellos- esperaban que el nuevo March fuera el Micra vendido en Europa, un muy buen producto que sin embargo, sale del presupuesto de la mayoría de los mexicanos y sacaría a Nissan de uno de sus segmentos de mayor volumen. Y para una marca que es líder desde hace tanto tiempo y que llegó a tener 25.7% del mercado mexicano en 2014 (hoy tiene 20.5%), con picos que llegaron a 27.2% (Cifras de AMDA y AMIA) en algunos meses, perder volumen es todo lo que no quiere.

Entonces el March recibe un cambio estético importante en su parte frontal y mejora bastante en seguridad al ganar seis bolsas de aire en todas sus versiones, pero deja de ser el auto más asequible del mercado mexicano. El precio de su versión básica salta de 165 mil pesos a 219,900 pesos. Como no cambia estructura, hubiera sido mejor cuatro bolsas y control de estabilidad, pero como ya ningún hatchback en México -por menos de 300 mil pesos- lo tiene, el March es el auto más barato con seis bolsas del mercado, aunque su evolución no es equivalente a la de Versa y Sentra ya que, por ejemplo, mantiene la caja de 4 velocidades y con ello un consumo mayor del que tendría con una CVT, además de la ausencia de ESP.

Con Kicks los cambios son similares, que ahora cuenta con seis bolsas y ESP en todas las versiones, algo más de equipo y un nuevo frente. Al igual que con el March, el precio tuvo un cambio más fuerte, pero a diferencia del subcompacto, Kicks tiene rivales muy fuertes. Por lo que cuesta su versión más equipada, por ejemplo, ya se puede conseguir vehículos un segmento arriba, como la Volkswagen Taos, con mayor espacio, potencia y seguridad.

En resumidas cuentas, ambos evolucionaron bien, pero no tan bien como Versa, Sentra y las pickups, ya que no hay versión de March o de Kicks sobre la que no haya dudas de que es la mejor opción en su clase. Nissan nos mal acostumbró y me hizo recordar -y reforzar- lo que siempre digo y mencioné anteriormente en esta columna: las marcas no se comparan directamente, hay que analizar producto por producto.

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