Tesla está perdiendo velocidad, y no solo en Europa. Nuevos datos de S&P Global Mobility muestran que los registros de vehículos eléctricos de la marca cayeron un 16% en EE. UU. durante abril, totalizando apenas 39,913 unidades. La caída, que ya se venía viendo en Europa, refleja una tendencia clara de enfriamiento en la demanda.
Mientras Tesla resbala, GM pisa fuerte: Chevrolet creció 215% en registros de EV, superando a Ford, que cayó 33%. En general, el mercado de eléctricos en EE. UU. también se enfrió: bajó 4.4% interanual, y la cuota de mercado cayó de 7.4% a 6.6%.
Solo el Model 3 logró crecer. El resto de la línea Tesla cayó en ventas, en parte por la transición al nuevo Model Y, que forzó cierres temporales de fábricas. Pero lo más alarmante es el golpe sostenido: en Europa, Tesla cayó 49% en abril y 67% en mayo solo en Francia.
La figura de Elon Musk no ayuda. Sus posturas políticas —liderazgo del polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), y su coqueteo con la ultraderecha— le han pasado factura. Aunque recientemente rompió con Donald Trump, tras semanas de tensión y ataques cruzados, muchos consumidores ya se sienten alienados. El daño está hecho.
El distanciamiento con Trump, lejos de mejorar su imagen, lo deja atrapado entre dos mundos: pierde respaldo conservador sin recuperar al comprador liberal que alguna vez lo admiró como pionero tecnológico.
Con rivales creciendo, protestas en concesionarios, y un CEO cada vez más impredecible, Tesla enfrenta una crisis más profunda que una simple baja de producción. El auto eléctrico ya no se vende solo, y la marca de Musk lo está comprobando. Esta crisis está repercutiendo a nivel global y en lo tocante a México, ¿Qué opinas de los eléctricos que se están vendiendo a lo largo del territorio nacional?
