
Entre las preocupaciones de los propietarios de autos eléctricos se encuentra el estado de la batería y el costo que implica su sustitución en caso de no estar en óptimas condiciones.
De acuerdo con grupo Goldman Sachs, se estima que el precio de las baterías debería caer a los 80 dólares el kWh para el año 2026, lo que significará un descenso de casi el 50% respecto a los precios de mercado del 2023. Y en línea, el precio debería caer a 64 dólares el kWh para el 2030.
Con esta tendencia, todo apunta a que el temido cambio de batería en el futuro no será tan caro como podríamos esperar, por ejemplo, sustituir una batería de 100 kWh podría costar unos 5,000 dólares ($95,882 pesos), mientras que para un paquete de 75 kWh el precio sería de unos 3,000 dólares ($57,529 pesos) por lo que los expertos aseguran que pronto será más barato cambiar una batería que sustituir todo un motor de gasolina.
A esto hay que sumar que las nuevas químicas están ayudando al abaratamiento, sobre todo en las baterías LFP que eliminan la necesidad de materias primas más costosas, como el cobalto o el níquel. Y si tomamos en cuenta que se están fabricando baterías con una mayor densidad energética, los costos serán menores.