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Dodge Magnum 400, la historia del primer auto turbo que llegó a México

Parece increíble, pero ya han pasado 40 años de la introducción de este modelo.

Dodge Magnum 400, la historia del primer auto turbo que llegó a México

En septiembre de 1983, durante el gobierno del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), se emitió un “Decreto para la racionalización de la Industria Automotriz”, que, entre muchos apartados, prohibía la comercialización de vehículos con motores de ocho cilindros en el mercado mexicano a partir del 1 de noviembre de 1984.

Este decreto supuso el final de los muscle cars mexicanos, oferta que en ese momento estaba representada por los Chevrolet Montecarlo SS, Ford Mustang y Dodge Magnum. De hecho, justo, este artículo se enfoca en la evolución de este último, la cual, introdujo varias tecnologías innovadoras para la época.

Y es que, tras el decreto, Chysler tomó cartas en el asunto y se dio a la tarea de relevar lo antes posible al Magnum V8 impulsado con un motor V8 de 5.9 Litros. Por suerte, la división en México no tuvo que buscar mucho, ya que, en 1981, en Estados Unidos habían debutado la nueva generación de autos con plataforma K, ideados por el mismísmo Lee Iacocca.

Es así, que para 1983, Chrysler presenta en México el Magnum 400, que se basaba directamene en el Dodge 400 Coupé. Con relación a su antepasado, esta segunda generación era completamente radical, ya que se trataba de un vehículo de tracción delantera con dimensiones mucho más contenidas (medía 4.5 m de largo), al mismo tiempo que el V8 de 5.9 L fue sustituido por un muchísimo más pequeño cuatro cilindros carburado de tan solo 2.2 litros.

Imagínate la sorpresa de los compradores mexicanos al ver que aquel armatoste de 210 hp, se había transformado en un auto impulsado por un motor con apenas 108 hp y 130 lb-pie de par. Cifra que era buena para un compacto, pero no para un auto llamado Magnum y que a su vez era heredero de aquellos increíbles Valiant Super Bee. Era poco menos que una decepción. Sin embargo, Chrysler tenía preparado un interesante as bajo la manga.

Y es que, en 1984, presenta el nuevo Magnum Turbo, que literalmente le voló la cabeza a más de uno, ya que bajo el cofre se encontraba un motor de 2.2 litros, pero esta vez, se trataba de una versión con turbocargador e inyección electrónica de combustible. La transmisión era manual de cuatro velocidades. También había mejoras en el esquema de suspensiones, dirección y frenos.

La potencia era de 140 hp con 155 lb-pie de torque y gracias a un peso bruto de solo 1,575 kg (contaba pasajeros y fluidos al tope), aceleraba de 0 a 100 km/h en 10.4 segundos a la altura de la Ciudad de México, aunque esta cifra se reducía a 7.8 s al nivel del mar. Cifras que hoy no espantan a nadie, pero a principios de los 80´s, eran tema serio. De hecho, la propia Chrysler realizó una prueba en circuito y se llevó una grata sorpresa al ver que, con todo y marcado retraso del turbo, su nuevo deportivo era más rápido y efectivo que el anterior Magnum con motor V8.

Cabe mencionar que el Magnum Turbo tiene el honor de ser el primer automóvil turbo y con inyección a la venta en México. Tecnología muy novedosa para nuestro mercado y que parecía sacada de “KITT, el auto increíble”. Esa sensación de auto “futurista” era completada con el icónico tablero digital.

Cabe mencionar que, con respecto a la versión con motor atmosférico, el Magnum Turbo era fácilmente distinguible gracias al cofre con las ranuras de ventilación, al mismo tiempo que contaba con calcomanías distintivas y rines de aluminio enfundados en neumáticos de alto desempeño. Puertas adentro, había asientos deportivos (Recaro opcionales), volante e instrumentos especiales.

El Dodge Magnum, recibió un ligero rediseño exterior en 1985, el cual se aplicó sobre todo en la trasera y laterales. Al mismo tiempo que deja de usar el sufijo “400”. Para 1986, también se actualiza el frente adoptando una imagen que, si bien se inspiraba en Dodge 600 estadounidense, en realidad era específica para este modelo. Sin embargo, la mayor actualización se da en 1987 cuando se instala un nuevo motor Turbo Fase II con intercooler, que incrementa la potencia a 150 hp y con ello, se mejora la aceleración que ahora queda marcada en 8.88 segundos para el 0 a 100 km/h.

La historia del Magnum concluyó en el mercado mexicano, en el mismo momento en el que Chrysler introdujo el Shadow GTS, que se convirtió en el heredero directo de uno de los autos más veloces de la década de los ochenta en México.

¿Tuviste un Dodge Magnum? ¿Qué recuerdos tienes?

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