Una de las ciudades del mundo que más ha trabajado para mejorar la movilidad de los automóviles y el transporte público es París.
Dentro de los diferentes trabajos que han hecho los diversos gobernantes de la capital francesa está el mejorar el transporte público, el sentido de las calles y avenidas, así como una serie de restricciones, principalmente en el primer cuadro de la ciudad.
Como parte de las prohibiciones, el gobierno de París ha puesto restricciones de tránsito a los autos con más de 20 años de antigüedad, también prohibió la circulación de todas las motocicletas construidas antes de 2000 y ha limitado el paso de automóviles al centro de la ciudad.
Con el objetivo de reducir la contaminación acústica de la capital, el gobierno de París busca más otra serie de medidas como la instalación de radares para detectar vehículos con altos niveles de ruido y prohibir la circulación de motocicletas con motor a gasolina.
Estas medidas surgieron luego que el Ayuntamiento de París realizara una consulta entre sus residentes para encontrar formas de reducir la contaminación acústica en la ciudad.
Si bien es probable que algún día se prohíba la circulación de vehículos de combustión interna en la capital, es difícil imaginar que la ciudad tome una decisión tan radical en el corto plazo, especialmente con respecto a una sola categoría de usuarios.
Seguramente, esto parece una solución descabellada, ya que, de hecho, hay varias personas que dependen de sus vehículos de dos ruedas para ganarse la vida a diario. Ciertamente, no sería justo señalarlos por el bien de abordar la contaminación acústica.