El Volkswagen GTI -Gran Turismo de Injection- nació a dos años de la aparición de la primera generación del Golf (Caribe en nuestro país) que vio la luz en 1974. Esta variante fue creada para ofrecer deportividad a partir de una serie de modificaciones en: motor, transmisión, dirección y chasis. Si embargo, la principal característica, era precisamente su sistema de inyección de combustible. Una novedad para la época.
Pese a que este Volkswagen no fue el primero en usar las siglas GTI (antes llegó el Maserati 3500 GTi de 1960), el hatchback se hizo de una gran fama y su éxito fue tal que muchos fabricantes repitieron a fórmula a su manera y eso incluía, por supuesto las siglas. Es así, que los 80s y 90s, fueron, por llamarlo así, una época dorada en la que aparecieron muchos autos con el apelativo GTI, pero pocos, lograron hacer mella en el compacto alemán.
Sin embargo, hubo uno, que en su momento no fue tan popular, pero puso contra las cuerdas al Volkswagen en cuanto a desempeño dinámico se refiere. Me refiero al Nissan Sunny GTI y su versión potenciada GTI R, que hoy es producto realmente valorado y buscado por los entusiastas no solo del Europa, sino de Japón y varias partes del mundo. Mucho de ello tiene que ver por su carácter de exótico y el hecho de ser una joya casi desconocida.
Nissan Sunny GTI, el Tsuru GSR 2000 de Europa
Basado en la generación N14 del Sunny (o Pulsar, como se le conocía en Japón), que a su vez estaba altamente emparentada con el Sentra o Tsuru B13 (¿verdad que sí tienen cierto parecido?). Se presenta en 1990 este modelo que tenía la intención de conquistar Europa con su carrocería hatchback. Pero, para lograrlo, había que también destacar ante el Golf y su versión hot hatch, que en ese momento estaba por estrenar su tercera generación.
Y para ello, se presentó el Nissan Sunny GTI, que bien podemos definir como el Tsuru GSR 2000 de Europa y es que bajo el cofre se encontraba un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros SR20DE, el cual era capaz de erogar 141 hp y 131 lb-pie de torque se acoplaba a una caja manual de cinco velocidades. Con un peso en torno a los 1,100 kilogramos, así como al estar dotado de una puesta a punto de excelente dinámica, se le consideró un deportivo ágil y muy neutral. Tal como nuestro Nissan y sí, también era superior al GTI contemporáneo (recordemos que, en ese momento, la marca tomó la decisión de hacerlo más burgués).
Pero las ambiciones de la marca no quedaban aquí, ya que Nissan pretendía que todo mundo la conociese y para ello, decidieron participar en el Grupo A del Campeonato Mundial de Rally.
Nissan Sunny GTI-R, llámalo baby Godzilla
Es así, que Nissan puso manos a la obra, y su bien el Sunny GTI era un deportivo equilibrado, la versión de competición, tendría que ser un verdadero monstruo. Para lograrlo, la marca hecho mano de un motor SR20DET (con turbo Garrett T28) que elevaba la potencia hasta los 227 hp y 210 lb-pie de par. Este poder en conjunto a un peso de solo 1,240 kg, así como al uso de un sistema de tracción total ATTESA, le confirieron una aceleración de 0 a 100 km/h de 5.4 s, mientras que el ¼ de milla lo lograba en 13.5 segundos. Prestaciones más dignas de un Porsche 911 de la época que de un compacto.
Estéticamente, era un automóvil realmente llamativo, ya que como todo buen auto japonés, se distinguía por el enorme alerón trasero, así como las defensas más agresivas, los rines deportivos y por supuesto, por la enorme entrada de aire del intercooler que resaltaba en el cofre. Lamentablemente, esto no fue suficiente para mantener frio el motor en competición, por lo que durante el campeonato presentó problemas de refrigeración.
Recordemos que para entrar al Grupo A del Campeonato Mundial de Rally (categoría vidente desde 1987), los fabricantes tenían que producir 5000 unidades para su homologación, así que, si bien en el campeonato no pudo destacar, en las calles fue todo lo contrario ganándose el apodo de Baby Godzilla.
Nuevamente, un hubo un Volkswagen GTI en la época que siquiera se le acercara en prestaciones y, de hecho, la firma alemana tiró abajo el proyecto del Golf A59 con el que pretendía competir en el Campeonato Mundial de Rally.
Así, que sí, en efecto, puede que Nissan no haya destacado en el mundo de la competición, pero al menos tuvieron el valor suficiente para crear los Sunny GTI y Sunny GTI-R, que fueron una verdadera leyenda y orgullos portadores de tan míticas siglas.