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Motor de arranque: Premium usado es para los ricos

Aunque tenga varios años, un auto Premium siempre lo será, al igual que los costos asociados a la propiedad del mismo

Motor de arranque: Premium usado es para los ricos

El auto de Carlos Slim es un Clase S blindado. Lo cambia a cada 2 años por otro igual. El detalle es que es usado y antes de pasar a las manos del hombre más rico de México - que ya fue el más adinerado del mundo - perteneció al presidente de Mercedes-Benz México. Al menos era así hace algunos años y no veo motivos para que haya cambiado de conducta. Si de algo sabe Slim es de dinero. Él entiende que comprar un auto nuevo es un gusto, no un buen negocio. Su auto satisface sus necesidades y listo. No necesita más. Pero si en muchas otras situaciones imitarlo sería una muy buena idea, con relación a sus autos no es así, ya que pocos pueden darse el lujo de hacer lo que hace. Me explico.

Para los amantes de los autos, conducir un Premium es un sueño. En nuestras paredes de adolescentes habían cuadros de Ferrari, Lamborghini, Jaguar o BMW, entre otros. Hoy los usamos de protectores de pantalla. Pero esos autos son tan deseables como inalcanzables para la gran mayoría, de ahí la tentación de hacerse de un Premium usado, que ya son abundantes en nuestro mercado. A mí se me antojan varios.

No hace mucho vi en la sección de autos usados de Autocosmos un Jaguar XJ modelo 2008 cuyo precio estaba por debajo de los 200 mil pesos. El auto me encanta desde siempre. Su línea clásica, sobria, elegante; los materiales de su interior; el manejo poderoso, lleno de aplomo. Sin embargo y como en la gran mayoría de los Premium, Jaguar no es una marca reconocida por la fiabilidad o durabilidad de sus autos. Entonces me pongo a imaginar si tuviera yo que cambiar, por ejemplo, la caja de cambios. En Inglaterra la transmisión de un XJ de ese año cuesta alrededor de 80 mil pesos. Apenas imagino lo que costará aquí, en algún distribuidor de la marca. Pensemos en algo más simple: un amortiguador para ese auto es vendido por un precio entre siete mil y 10 mil pesos. Con 12 años de uso, seguramente necesitará más que solo cuatro amortiguadores. Las reparaciones pueden costar lo mismo o más que el valor del auto en el mercado.

El costo de la convivencia

Tener un Premium en la cochera también implica pagar un seguro más caro. Significa desembolsar 6 ó 7 mil pesos en un cambio de aceite. En días como los que vivimos, también nos pone en la lista de los más visados por la delincuencia, ya que el mensaje que pasamos a los demás es que sí tenemos dinero.

Sin embargo, como la compra de un auto es mucho más emotiva que racional, hacerse de un Premium es entrar a un mundo que si bien ya no es tan exclusivo, sí es superior en muchos aspectos. Los acabados se perciben de inmediato. Incluso el famoso y deseado olor a nuevo, que ningún aromatizante del mundo hasta ahora ha logrado reproducir, es mejor, más “fino” que el de autos generalistas. El manejo, con algunas excepciones ubicadas en versiones de entrada y con tracción delantera, es más sólido, nos transmite mayor sensación de aplomo, de seguridad. La imagen que proyectamos es de éxito, de alguien que pertenece a un nivel social más elevado. Muchos dirán que esto es clasista y tienen razón, pero así es el mundo, nos guste o no. La suma de las experiencias positivas de conducir un Clase E, por ejemplo, es tan agradable que se hace adictiva. Ni se diga si manejamos un 911 Turbo. Súbase a un Rolls Royce y le costará trabajo después de eso, regresar a la vida real con nuestra CR-V o nuestro Sentra. Tener un Premium es una experiencia que todo amante de los autos debería vivir, no me queda duda, pero no a cualquier precio.

Cuando tu decidas hacerlo, deberías entender que hay que comprar uno nuevo. Hay muchas facilidades de crédito hoy que lo permiten. Las tres marcas alemanas Premium ya nos dan, en México, los primeros 3 años de servicio incluidos en el precio del auto, lo que elimina un gran dolor de cabeza. Hay que estar muy conscientes de la mayor devaluación, comparados a los autos “normales”. También insisto que su durabilidad no es mayor, de hecho es justo lo opuesto. El placer de tenerlos, sin embargo, lo compensa pero, cómpralo nuevo o no lo compres. Mantener y, principalmente reparar un premium usado, requiere una situación financiera holgada tanto que, como hemos visto, puede resultar más caro que el valor del auto, al final. O hazte de un usado, si te apellidas Slim, por ejemplo.

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