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Prueba de Manejo

SEAT Ibiza FR 2018 a prueba

Este subcompacto regresa de la mano de la variante Fórmula Racing de SEAT con el motor 1.0 TSI.

SEAT Ibiza FR 2018 a prueba

Fue en agosto de 2017 cuando se presentó la quinta generación del Ibiza, con un diseño novedoso y aún más juvenil, el cuál comenzaría a hacerse presente en las calles del país en poco tiempo. Pero no fue sino hasta finales de 2017 cuando se hizo presente el nuevo Ibiza FR, que incorpora una motorización más pequeña para complementar la gama de vehículos de este modelo, pues los usuarios demandaban un mejor performance, ya que el motor 1.6L que poseía se había quedado ligeramente corto para adoptar las siglas Fórmula Racing, signo de mayor deportividad que caracteriza a la marca española.

Evolución estética

Durante 15 años hemos visto pasar a dos generaciones de Ibiza en nuestro país y pareciera que esto ha sido suficiente para posicionar de una manera exponencial a este ícono en ventas no sólo en México, sino a nivel mundial. Su expresión juvenil y silueta aerodinámica han sido parte del éxito que este hatchback representa para la firma española, pues es un auto de pequeñas dimensiones, con gran espacio e ideal en temas de movilidad citadina.

Pero regresemos un poco a la actualidad, pues la quinta generación ahora incorpora un frontal más deportivo, la inclusión de faros full LED le ha visto beneficiado en todos los sentidos, desde otorgarle un aspecto más refinado, hasta de colocarse por encima de sus competidores en cuanto a equipamiento se refiere. Las líneas que se encuentran en el cofre aparte de darle un toque ligeramente más agresivo, también poseen funciones aerodinámicas para aprovechar al máximo su desempeño.

En la parte trasera podemos observar la continuidad de la línea de la cintura, quitándole ese boceto abultado de la puerta de la cajuela, para resaltar las nuevas calaveras consideradas para esta generación.

La diferencia real entre un Ibiza (versión Reference o Style) y el Ibiza FR incluye un juego de rines de 17 pulgadas, asientos deportivos, quemacocos panorámico, simulación de salida de escape doble y los emblemas característicos de la versión tanto en la parrilla, como en la cajuela y en el volante, asimismo incorpora otro sistema de sonido del que hablaremos más adelante.

Un habitáculo con todo lo necesario

Como lo mencionamos en el párrafo anterior, existen un par de características puertas adentro que lo diferencian de las versiones de entrada, que, aunque pareciera muy similar, para la gama FR se decidió incluir una serie de elementos que ofrecieran un aspecto distinto en donde la deportividad se hace presente, tal es el caso de las vestiduras deportivas bitono con costuras rojas fabricadas en tela, la inclusión del emblema en la parte inferior del volante, prácticamente lo demás es igual.

Por otro lado hemos de reconocer que viene muy bien equipado contando con un cargador por inducción (inalámbrico) para smartphones, un sistema de info-entretenimiento con pantalla de ocho pulgadas con sistema Full Link para enlazar tu teléfono; y como dato, la marca sí decide incluir perillas para subir y bajar el volumen, lo cual se agradece pues mientras vas en movimiento resultará una tarea más sencilla manipularlo si vas de copiloto, pues del lado del conductor posee mandos al volante. Asimismo, cuenta con sistema de apertura Kessy y botón para encender la unidad iluminándolo cuando el usuario se acerca al vehículo, función que la marca ha denominado como “My Beat”. Hablando un poco de “latidos”, el sistema de sonido incorpora para esta versión un conjunto de bocinas marca Beats Audio que está compuesto por seis altavoces y un subwoofer que suenan bastante bien.

Motor pequeño, pero rabioso

Este hatchback en su versión FR incorpora dos motorizaciones, uno de 1.6L naturalmente aspirado de 110 caballos de fuerza, mientras que la versión que tuvimos a prueba ya posee el ansiado 1.0L TSI de tres cilindros e inyección directa que incluye cinco caballos más y un sobresaliente torque de 148 Lb-pie.

La transmisión para ambas variantes de Ibiza FR es manual y mientras para la de 1.6L es de solo cinco cambios, para esta versión es de 6 relaciones, en donde la velocidad máxima es de 195 km/h y cuenta con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9.3 segundos. Cabe destacar que, sí existe la caja automática para otros mercados, pero en el nuestro sólo se tiene contemplada este tipo de transmisión.

Elementos de seguridad

El SEAT Ibiza FR incorpora sistema de frenos ABS, y seis bolsas de aire (dos frontales, dos laterales y dos más de cortina) desde la versión base, asimismo posee control electrónico de estabilidad, reconocimiento de cansancio de conductor, sistema de monitoreo de presión de llantas, anclaje ISOFIX y sensores de estacionamiento tanto delanteros como traseros.

Un subcompacto con mucho espacio

Debido al segmento al que va enfocado este vehículo, podemos catalogarlo como una de las mejores propuestas en cuanto a espacio se refiere, pues el principal target de ventas para la marca es de adultos jóvenes que han ido creciendo conforme pasa cada una de sus generaciones, pues siendo sinceros, ningún adolescente por muy entusiasta que sea podría pagar el valor total de este vehículo, convirtiéndose en el preferido de los veinteañeros y usuarios que apenas sobrepasan el llamado “tercer piso”.

Por lo tanto, tenemos que cumple con buen espacio tanto en plazas delanteras como traseras tomando en cuenta el promedio de altura de los mexicanos, que es de 1.70 metros aprox. en donde cuenta con espacio suficiente para albergar a cuatro adultos de forma muy cómoda con posibilidad a incluir a un quinto elemento ligeramente más apretado o a un menor, en la parte trasera de en medio.

Impresión de manejo

La primera impresión al subirnos a este vehículo fue una sensación de confort, pues el interior emana todo ese espíritu entusiasta que nos gusta en un hatchback de este segmento y más si posee la denominación FR. La inclusión de un botón de encendido en vez de la tradicional llave nos gusta, aunque para algunos podría romper con ese esquema tradicional de abrir switch con la llave y dar marcha para comenzar el viaje.

Tanto el clutch como los cambios resultan muy suaves, cuestión que se agradece principalmente cuando tenemos situaciones de tránsito intenso, que muchas veces nos hace odiar la transmisión manual y optar por una caja automática, aunque como ya lo mencionamos no existe esta configuración dentro de la gama FR del Ibiza. La dirección también es suave como se habría de esperar, asimismo como la suspensión que absorbe muy bien las imperfecciones del asfalto brindándonos una sensación de mayor seguridad, aunque cuidado, debemos ser precavidos ante las inclemencias del camino, por aquello de los constantes encuentros con socavones etc.

Vayamos a una de las cuestiones más importantes, la aceleración, y aquí es en donde viene la mejor parte pues a pesar de ser un propulsor de 1.0 litro nos sorprendió la manera en que entrega la potencia, que por cierto lo hace a las 2500 revoluciones y es en donde el turbo hace su trabajo a la perfección pues la sensación de lag no es tan prolongada y nos ofrece una arranque lineal que hemos de reconocer es muy buena y, ahora sí se encuentra a la altura de sus competidores.

Pero no todo podría ser miel sobre hojuelas pues encontramos con una cuestión, si eres de las personas que vive en alguna zona de pendientes podrías tener complicaciones, ya que debes revolucionar el vehículo por encima de las 3500 para tener toda la asistencia del turbo subir sin problemas, pues por debajo de éstas, podría costar trabajo obtener la potencia adecuada, cuestión que a largo plazo podría ocasionar desgaste prematuro del clutch y probablemente requerir de una reparación en menos tiempo de lo planeado.

En general el manejo nos gusta y satisface las necesidades de los usuarios que se encuentran en busca de un motor potente con el menor consumo posible de la mano de un manejo balanceado y refinado, pues de acuerdo a la ficha otorgada por la marca éste nos da un total de 22 km/l en ciclo combinado, lo cual para ser sinceros no nos otorgó, pero se acercó mucho, cabe mencionar que todo esto depende de los hábitos de conducción de cada usuario.

Conclusión

Si bien es cierto que el valor comercial es algo elevado, la congruencia entre materiales, equipamiento y calidad de ensamble se nota, así es que si te encuentras en la búsqueda de un auto subcompacto que posea un manejo dinámico y deportivo, con buena entrega de potencia pero a la vez no tenga altos índices de consumo es una de las mejores opciones del segmento, si lo que buscas es un vehículo de las mismas prestaciones con un precio más asequible te recomendamos el Swift Boosterjet que posee la misma configuración de motor, pero sacrificarás cuestiones como conectividad y calidad en materiales.

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