La aprobación en el Congreso mexicano de los nuevos aranceles a más de 1,400 productos importados desde países sin acuerdos comerciales —principalmente China e India— marca un ajuste significativo en la política comercial del país, según información de AP. Con el respaldo de Morena, el Senado avaló la medida con 76 votos a favor, cinco en contra y 35 abstenciones. Los incrementos, que alcanzarán hasta 50% en enero, impactarán sectores como textiles, calzado, electrodomésticos, autos y autopartes.
Aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum sostiene que el objetivo es fortalecer la producción nacional, analistas señalan que la motivación central es la negociación con Estados Unidos. México busca que Washington reduzca o elimine aranceles aún vigentes sobre exportaciones mexicanas, mientras la administración Trump acusa a China de utilizar a México como “puerta trasera” hacia el mercado estadounidense. En ese reacomodo, India queda particularmente vulnerada: su presencia creciente en insumos textiles, químicos y manufacturas ligeras la coloca en la primera línea del impacto.
China será el país más golpeado por volumen, con importaciones mexicanas que superaron los 130 mil millones de dólares en 2024. Pero India enfrenta un golpe estratégico: los aranceles encarecerán materiales esenciales utilizados por industrias que operan en México con márgenes ajustados. Esto amenaza con frenar el avance que India había logrado como proveedor confiable en cadenas de suministro donde compite directamente con fabricantes chinos.
De acuerdo con Oscar Ocampo, del Instituto Mexicano para la Competitividad, México está ajustando su política comercial “en la dirección equivocada” al ceder ante un Trump impredecible. Advierte que la medida generará distorsiones en autopartes, plásticos, químicos y textiles, además de presionar la inflación en un contexto de desaceleración económica. Conforme destaca AP, el movimiento abre un frente doble: tensa la relación con China y debilita el posicionamiento de India en la manufactura mexicana.
