Manifattura Automobili Torino, mejor conocida como M.A.T. se unió con ZeroACento Automobili para crear un espectacular restomod que rinde tributo a uno de los Ferrari más emblemáticos de los años ochenta: el 288 GTO. Este nuevo modelo, llamado 273 Potenza, combina el diseño clásico con la tecnología moderna al estar basado en un Ferrari F8 Tributo, uno de los deportivos más potentes de la marca.

A primera vista, el 273 Potenza impresiona con su carrocería en fibra de carbono tintada en color rojo oscuro, un tono que recuerda a los Ferrari más icónicos. El cofre rediseñado integra grandes tomas de aire, acompañado por una defensa delantera con luces LED cuadradas y rines de cinco brazos con tuerca central roja, un detalle de estilo puramente de competencia.

En la parte posterior, el diseño no se queda atrás gracias al difusor prominente, aletas ensanchadas y el escape de titanio que subrayan su enfoque deportivo. Cada detalle fue trabajado de forma artesanal, manteniendo la filosofía de M.A.T. de crear vehículos únicos y personalizados. La aerodinámica también fue optimizada para ofrecer un comportamiento más estable a altas velocidades, sin comprometer la estética clásica que remite al 288 GTO original.

Puertas adentro del 273 Potenza encontramos que la consola central y el túnel de transmisión fueron rediseñados para evocar el espíritu del 288 GTO, incorporando una palanca de cambios tradicional, mandos físicos para el climatizador y materiales de lujo como cuero y aluminio cepillado.

Bajo el cofre, este proyecto mantiene el motor V8 biturbo de 3.9L del F8 Tributo, pero con una preparación especial que eleva la potencia de 710 a 800 caballos de fuerza. Esta mejora lo convierte en uno de los restomods más potentes del mundo, capaz de ofrecer una aceleración y respuesta aún más extrema.

Aunque M.A.T. no ha revelado el precio final, se sabe que el 273 Potenza fue creado por encargo para un cliente exclusivo. Tomando como referencia el costo del M.A.T. Stratos, todo apunta a que el 273 Potenza supera fácilmente los 500,000 dólares (más de 9 millones de pesos mexicanos), sin incluir el valor del Ferrari F8 donante. Un capricho automotriz que demuestra que la pasión por los clásicos sigue más viva que nunca.