
Podrán decir lo que sea del presidente Donald Trump, pero en unos meses está haciendo que las marcas automotrices cambien sus planes y se apuren a llevar producción de vehículos a Estados Unidos, como lo acaba de anuncia General Motors, que confirmó que las Chevrolet Silverado y GMC Sierra serán producidas en Michigan.
La caída en el interés de los estadunidenses por los vehículos eléctricos y el alza en los aranceles de los vehículos importados (entre otros países) de México y Canadá, hicieron que el grupo automotriz optara por llevar al complejo de Orion, en Michigan, la producción para el mercado local de estas dos pick ups, además de la Cadillac Escalade.
General Motors había anunciado que remodelaría esta planta para que se convirtiera en su segunda fábrica de vehículos 100% eléctricos, junto con Detroit/Hamtramck Assembly, mejor conocida como la Factory Zero, donde la compañía produce sus eléctricos más grandes como GMC Hummer y Silverado EV.
Sin embargo, con este cambio de rumbo, las líneas de Orion se mantendrán produciendo vehículos con motores de combustión interna, comenzando a fabricar estas camionetas en 2027, en un movimiento que GM afirmó es por la alta demanda de estas pick ups en el mercado estadunidense.
Actualmente la Silverado (también conocida en México como Cheyenne) y la Sierra se fabrican tanto en la planta de Silao, Guanajuato, como en Fort Wayne, Indiana, y hasta el momento no se ha comunicado si este movimiento de producción hará que se elimine su fabricación en México, donde llegaron a mediados de los años 90, o bien, si México será el hub de producción para todos los mercados fuera de la Unión Americana.
Por su parte, la Escalade se produce en Arlington, Texas, junto con la demás gama de SUV full size de General Motors, y moverla a Orion supone que permitirá liberar espacio en la línea para otras versiones más comerciales, seguramente Suburban y Tahoe, que son más accesibles en el mercado que la Escalde.