
Durante el BMW Latinoamérica Test Fest 2025 no todo giró en la actual alineación de productos de BMW y MINI, así como las nuevas tecnologías, ya que también hubo espacio para dedicarle a los autos clásicos, más en específico al BMW Serie 3 que celebra 50 años de trayectoria.
Y justo para celebrarlo, la marca destapó junto a al nuevo M2 CS 2026, una unidad del BMW E21, traída directamente desde la colección privada de la planta de San Luis Potosí. Como es de esperar, las condiciones de preservación, son dignas de los mejores museos del mundo.
Lanzado en 1975, el E21 llegó con la difícil misión de sustituir al 2002. Fue el primer modelo en llevar la nomenclatura "Serie 3" y, a pesar de ser un auto más grande y pesado que su predecesor, el 2002, sentó las bases del BMW moderno, con importantes mejoras en diseño, espacio y técnicas. Además, el E21 fue un éxito de ventas, convirtiéndose en el BMW más vendido hasta ese momento.
Estéticamente, el BMW E21 se distinguía por las formas cuadradas, muy propias de la época. Los faros redondos, junto a una parrilla de doble riñón, son distintivo histórico de la marca, así como las calaveras cuadradas y las direccionales impuestas a los costados. Sin embargo, esta limpieza estética puede llegar a chocar un poco con los modelos modernos que a su lado pueden parecer un tanto sobresaturados.
Puertas adentro, una de las grandes innovaciones del E21 fue la introducción de una consola central orientada hacia el conductor, una novedad, que desde entonces también se instauró como parte de la filosofía de BMW durante muchos años.
En específico, la unidad exhibida por BMW en el Test Fest destacaba por una carrocería en color plata, la cual contaba con algunos acentos como el alerón el elegante alerón trasero. Por cierto, si notas unas defensas prominentes de 16 cm de grosor, es debido a que se trata de un modelo con las regulaciones de seguridad estadounidenses que en aquella época exigían un sistema de absorción de impactos.
El E21 se vendió como 320i en Estados Unidos entre los años 1977 y 1983. El motor como es de esperar, era un cuatro cilindros de 2.0 litros con un sistema de inyección de combustible Bosch K-Jetronic que producía 125 caballos de fuerza. Además, cuenta con un reactor térmico como dispositivo de control de la contaminación.
Estéticamente, el 320i se distinguía debido a la incorporación de un par de faros extra, así como por la inclusión de rines de aluminio de 13 pulgadas. Un tamaño diminuto en la actualidad, pero que era la norma en la época. Por cierto, la velocidad máxima era de 180 km/h. Mientras que el 0 a 100 km/h lo lograba en 10.5 segundos.
Al acceder al interior, destaca ese minimalismo tan característico de la marca con una excelente ergonomía. Llama la atención la colocación del sistema de audio impuesto en la consola central. Entre el equipamiento, destacaba el aire acondicionado de serie, transmisión de 5 velocidades, quemacocos manual de doble accionamiento, radio AM/FM Blaupunkt con reproductor de casetes, etc.
Convivir con un modelo así de cuidado es una oportunidad única en la vida. Y es que no siempre se puede estar al lado de un vehículo que forme parte de la colección de la misma marca.
