En el marco de su 35º aniversario, Infiniti continúa desenterrando los secretos detrás de algunos de sus modelos más icónicos. Tras escudriñar en el pasado de los históricos sedanes J30 y Q45, así como el crossover FX, ahora toca el turno del piloto Hiroyoshi Kato de recordar al G Coupé.
El legendario Hiroyoshi Kato se unió a Nissan Motor Corporation en 1976. Desde entonces, ha pasado tiempo tras el volante de casi todos los vehículos del conglomerado. De hecho, el aporte de Kato y su equipo fueron clave el desarrollo del G35 Coupe.
Al igual que su contraparte Sedán, el G35 Coupé se construía sobre la plataforma FM, que aprovechaba los aprendizajes del mundo de las carreras, en particular, los programas de Le Mans y del Grupo C de Nissan. Además, esta arquitectura era bastante modular ya que sobre ella se fabricaban otros vehículos de la talla del FX o incluso, el propio Nissan 350Z
El resultado fue una distribución de peso entre el frente y la parte trasera del vehículo, lo que mejoraba el manejo y la estabilidad. En lugar de buscar una distribución 50:50, el equipo de ingeniería exploró tener un poco más de peso sobre las llantas delanteras.
Kato recuerda que el equipo estableció como objetivo ofrecer "un manejo ágil con una respuesta explosiva", apuntando a crear una sensación de "asombro para los conductores".
Una de las claves fue asegurar una respuesta rápida y directa de la dirección, acompañada de una impresionante trazabilidad de la línea, combinada con una aceleración menos lineal y más agresiva. Al acercarse el lanzamiento, hubo cierta inquietud dentro del equipo sobre si la sensación de la dirección era "demasiado agresiva" o "demasiado directa para los gustos de los compradores de coupés de lujo", aunque cualquier preocupación se disipó cuando vieron las reacciones de los clientes y los medios.
El G35 Coupé se ensamblaba en la planta de producción de la compañía en Tochigi, Japón. Junto a esta factoría, está el campo de pruebas de Nissan Motor Co., Ltd. en Tochigi, que abrió en 1973, justo tres años antes de la llegada de Kato a la compañía. Con un poco más de 6.5 km de largo, presenta terrenos y condiciones que replican las carreteras de diversas regiones del mundo.
Durante el desarrollo del G35, Kato recuerda hacer un promedio de cien vueltas al día en la pista. Esto significaba conducir aproximadamente 3,250 kms o más cada semana, ya sea en el vehículo de desarrollo del G35 o en un producto de evaluación de la competencia, a velocidades de hasta 200 km/h en el circuito de alta velocidad. Para poner esta distancia en perspectiva, es aproximadamente tres veces la longitud de la isla principal de Japón, Honshu o 2.5 veces la proporción de la extensión de Ciudad de México.
Más adelante, el Infiniti G35 introdujo un sistema de dirección trasera. Kato recuerda la complejidad de ajustar esta tecnología, que dependía de dispositivos de control menos avanzados que los que están disponibles hoy.
El sistema mejoraba el rendimiento de manejo del vehículo ajustando la geometría de suspensión trasera según la entrada de la dirección y la velocidad del vehículo. Utilizaba un control electrónico para calcular la dinámica deseada del vehículo, basada en sensores de velocidad y ángulo de dirección.
Kato recuerda el esfuerzo destinado a "asegurar que el sistema se sintiera natural y mejorara el control y la participación del conductor, en lugar de quitarle algo a la experiencia de conducción". Para Kato, el mayor desafío fue mantener una "sensación ágil, asegurando que el factor humano estuviera en el centro de la experiencia".
El motor de este auto era el también icónico VQ35DE el cual inicialmente entregaba una potencia de 260 hp, misma que posteriormente se incrementó a 280 hp hasta llegar hasta los 298 caballos de fuerza. La transmisión podía ser manual de 6 velocidades o automática de cinco relaciones.
Por cierto, este auto fue conocido en Japón bajo la identidad de Skyline Coupé. Integrándose así, a la octava generación de este icónico modelo cuyo linaje se remonta hasta 1957.