Desde hace ya varios años, la industria automotriz está inmiscuida en una carrera desenfrenada a la electrificación. Prácticamente todas las marcas a nivel mundial hacen esfuerzos mayores no solo para mostrar sus propias propuestas sino también ganar dinero. Básicamente, todo mundo aspira a ser el Apple de los autos, o que es lo mismo, ser como como Tesla.
Y es que, desde su irrupción a la escena automotriz internacional en 2008 con el Roadster, Tesla ha marcado los pasos a seguir en materia de electrificación. Es cierto, la firma tardó muchos años en ser rentable y la mayor parte del tiempo perdió dinero con cada auto vendido, pero, al igual que los productos de la manzana tiene un séquito de seguidores a nivel global tan basto, que no solo se le considera como la firma líder en la construcción de autos cero emisiones, sino también catalogan al propio Elon Musk como un genio incomprendido a la altura de Steve Jobs…o el propio Nikola Tesla.
Sin embargo, la industria de los autos eléctricos ahora sufre una crisis en la que se pone en tela de juicio si realmente son vehículos amigables con el medio ambiente o no. Y el mayor punto de debate se encuentra en la obtención de la materia prima para la fabricación de las baterías, la cual suele ser muy contaminante, problemática, costosa y sí, envuelta en controversia.
A sabiendas de esto, y revolucionando la industria tal y como hace unos atrás, Tesla anuncio que el nuevo auto que fabricará en México, en la nueva planta de Nuevo León, no será un eléctrico sino será un auto a combustión, sí, como leíste, pero lo mejor es que no se tratará de cualquier auto a gasolina, sino de uno que promete desmarcarse del resto.
Y es que, según algunos datos proporcionados, el nuevo modelo se llamará Tesla Model S V8 supercharger, y por supercargador, la marca no se refiere a un cargador eléctrico sino a un verdadero sobrealimentador que dará más poder a un V8 alimentado por gasolina con Pb 82, un elemento químico que a decir de la marca es tan eficiente como los combustibles sintéticos de Porsche.
De hecho, estos propulsores le fueron comprados a Chrysler, por lo que se tratan de los icónicos V8 HEMI de 6.2 litros, pero debidamente adecuados por la firma afincada en California. Y sí, todos sus fans están defendiendo con uñas y dientes este nuevo rumbo que ha tomado la marca. Aunque carezca de todo sentido, pero ya sabemos que a veces se pierde la cordura con el fanatismo.
Con este auto Tesla sin duda quiere que sonrías un poco, ya que…blanca palomita que te dejaste engañar… ¡sonríe un poco y disfruta este Día de los Santos Inocentes!
Test Drive
