Ratan Tata solía ver a a través de las ventanas traseras del Mercedes-Benz Clase S en el que su chofer lo llevaba, una escena que le conmovía: una familia entera, con padre, madre y dos hijos, desplazándose amontonados en una scooter en las calles de su natal y querida Bombay. Le dolía el riesgo que tomaban solo para moverse en un país cuyo transporte público no era precisamente bueno. “Alguien en India tiene que acabar con eso, tiene que dar seguridad a esas personas”, estoy seguro que lo pensó hasta darse cuenta que si alguien podía hacer algo, era él, el todo poderoso dueño de Tata Motors. Entonces, él se dedicó a ese proyecto, el de hacer un coche para clase media baja, que costara lo mismo que una scooter. Pese a que logró su objetivo, el coche que produjo nunca fue exitoso. Hoy, muchos en México y, bueno, en el mundo, están asombrados ante la posibilidad de comprar un auto chino, por internet, por solo 1.300 dólares, es decir, alrededor de 20 mil pesos. ¿Habrá llegado la hora de que, al fin, exista un auto realmente popular?
Cuando Tata finalmente lanzó el Nano, en 2008, la expectativa global era enorme. Los grandes fabricantes de autos decían que no era posible hacer un coche con el precio de venta como quería Tata. Los primeros Nano efectivamente, costaron eso, pero al final de su vida, en 2017, ya se necesitaba más que el doble para comprar uno. El motivo principal del fracaso del Nano se atribuye a la campaña de mercadotecnia, que lo anunciaba como un auto popular, pero que los medios de todo el planeta bautizaron como “el auto más barato del mundo”. La imagen del coche sufrió con esto. La gente no quería andar en un auto “barato”, hecho “para pobres”. Seguían prefiriendo un usado de mejor categoría. De ahí que el objetivo de producir 250 mil por año, nunca se haya logrado. Lo máximo que consiguió vender el Nano en 12 meses fueron 74,500 vehículos, al tercer año de su lanzamiento. En toda su vida no pudo desplazar más de 300 mil unidades.
Para muy pocos
Con el aumento de la popularidad de los autos eléctricos, mucho más simples de fabricar, han surgido varias marcas en todos lados, principalmente en China, la actual gran potencia global de automóviles. Naturalmente hay de todo pero abundan los baratos, como el Chang Li, que se vende por internet, en Alibaba, desde 1,300 dólares.
Lo primero que hay que aclarar es que ese es el precio en China. Traerlo a México implica pagar el transporte internacional, luego el local desde el puerto a tu ciudad, costos aduanales, aranceles, registro, seguro y placas. El precio puede multiplicarse por cuatro o más. Aún así, se puede pensar que un auto nuevo de 80 mil pesos no está mal. Bueno, en teoría. Primero hay que ver si logras permiso para que circule, ya que no cumple con dos requisitos mínimos de seguridad exigidos en México, que son frenos ABS y dos bolsas de aire. Pero como Zacua se vende sin bolsas de aire, tal vez se pueda hacer otra excepción.
Caso se logre pasar por todo ese proceso, el Chang Li sería muy peligroso en las calles, con una velocidad máxima de 35 km/h. Claro, es lo que podemos esperar de un auto con 1.5 caballos de fuerza. También hay que tomar en cuenta que no hay agencias donde dar mantenimiento y la gente reclama de demora en arribo de autopartes de las marcas que sí tienen distribuidores.
Tata era un auto, digamos, normal en el mercado. Tenía un motor de gasolina con 38 caballos de fuerza. No tenía ABS, tampoco aire acondicionado (que llegó en 2015), ni bolsas de aire. Era un auto inseguro, tanto que la versión vendida en India recibió cero estrellas de seguridad en Global NCAP. Es que la idea de Ratan Tata es ponerlo como una opción a las scooter, no competir contra otros autos. Pero en el momento en que recibió cuatro ruedas y una carrocería cerrada, ya era un coche, con expectativas que cumplir y duros rivales contra los cuales competir. El Chang Li puede ser un juguete interesante, una opción para un carrito de golf o lugares como grandes hoteles, pero para salir a la calle y transportar a ti y a tu familia, el auto de 20 mil pesos, no existe realmente.