Los o las SUV, como les quieras decir han tomado un protagonismo prácticamente absoluto en la industria, los consumidores las prefieren y son productos más rentables para las marcas.
Pero la realidad es que si analizáramos mejor nuestras decisiones de compra, encontraríamos casi siempre una mejor opción, digo casi, porque hay categorías en donde ya no queda más que elegir.
Esta semana, Volkswagen presentó en México la actualización de la T-Cross, ahora viene de la India y tiene algunas mejoras, la más importante es que bajo el cofre ahora ofrece un pequeño pero eficiente y contundente 1.0 TSI con 114 hp y 130 lb-pie de torque asociado a una caja Tiptronic de seis velocidades.
La renovada VW T-Cross es un producto interesante, ofrece mucho espacio, conectividad y ahora también un buen desempeño. En definitiva, se convirtió uno de los mejores exponentes de su categoría.
Pero analizando bien la oferta de Volkswagen, existe un Jetta Trendline que cuesta 380 mil pesos, y sí los rines son de acero con tapones y la pantalla puede ser más pequeña, pero estamos hablando de un producto de un segmento superior, con motor 1.4 TSI de 150 hp, mejor plataforma y por ende, mejor manejo. Vaya, podrías ir a la versión intermedia del Jetta, la Comfortline y los rines ya serían de aluminio, tendrías pantalla de 10” y aun así, el precio de 435 mil sería inferior a los 450 mil que exige la marca para venderte una T-Cross Comfortline.
Sinceramente, más allá del capricho de querer una camioneta, no veo razón alguna para optar por un T-Cross, vehículo del segmento B en lugar de un Jetta del segmento C.
Pero este fenómeno se repite en las categorías superiores, la Honda CR-V Touring con su 1.5 Turbo y caja CVT cuesta 725 mil pesos, mientras que el Honda Accord Touring con su 2.0 turbo y caja de 10 velocidades cuesta 710 mil. El sedán es mejor producto en todos y cada uno de los aspectos, es más refinado, más potente y más bonito. Pero no es una camioneta y en consecuencia, se vende mucho menos.
Si volteamos a ver a las marcas premium la cosa no cambia demasiado, la Audi Q3 con motor 1.4 TSI de 150 hp, tiene un costo similar a un Audi A4 con motor 2.0 de 190 hp. Y más allá de la potencia la historia se repite, al ser el A4 un producto de un segmento superior, es más silencioso, más refinado y ofrece mejor manejo.
Creo que el punto queda claro y aun así, no veo manera en que la marcada predilección por las SUV vaya a cambiar. En muchos casos, esta situación ha propiciado que desaparezcan excelentes opciones, como el Volkswagen Passat o el Ford Fusion, ya ni decir de coupés o hatches que ya son configuraciones casi extintas.
Si como clientes fuéramos más racionales, elegiríamos el Jetta, Accord o A4 respectivamente, aún cuando las marcas prefieran comunicar la SUV por encima del sedán, al final para ellos es más rentable.
Como sea, a veces estar a la moda puede resultar mucho más caro, o dicho de otra forma, terminamos recibiendo menos valor por nuestro dinero, aunque salgamos de la distribuidora con una enorme sonrisa.