Los autos evolucionan, mejor dicho, cambian como la vida misma. Marcas y modelos que eran símbolos de excelencia en el pasado, hoy puede que no sean tan fiables. Algunos que eran seguros en su época, pudieron dejar de serlo simplemente porque aparecieron otros que ofrecen más equipo para proteger a sus pasajeros o porque, para bajar costos, le quitaron cosas que ayudaban a proteger sus ocupantes. También vehículos que eran francamente malos en muchos aspectos, evolucionaron y hoy son una buena opción para los consumidores. En esta época donde hay amplia escasez de autos nuevos, la opción de hacerse de un usado es la alternativa para muchos, incluso cuando son precios no tan atractivos y pueden, en algunos casos, rebasar el de los nuevos, pero ese es otro tema. De lo que quiero hablar hoy es, si vas a comprar un auto usado o -para usar el término que los departamentos de marketing lograron imponernos- un seminuevo, hay que cuidarse de no adquirir cualquier auto y aquí les dejo algunos ejemplos.
En Europa el Ford Fiesta fue durante mucho tiempo un icono. Era un auto que, principalmente en su versión hatchback, era adorado por los jóvenes a los que les encantaba el buen manejo, acabados y equipo que ofrecía por lo que costaba. En México tuvimos en varias generaciones, primero tan buenos como esos europeos, luego el Fiesta Ikon, que se manejaba muy bien pero no tenía ABS ni bolsas de aire. Después fue producido en México, un auto bueno y seguro, siempre y cuando tuviera caja manual, porque la automática de doble embrague llamada Powershift fue un dolor de cabeza tan grande, que Ford tuvo que ofrecer siete años de garantía en esa transmisión, aún así, es tan poco fiable que no recomendamos ningún auto que la usara, como los Fiesta, Focus, EcoSport y Figo 2018 o anteriores.
Malo, más malo y peor
Otro auto que en su época no era malo pero su longevidad lo transformó en un producto rebasado por el tiempo fue el Chevrolet Aveo de la generación anterior. Al final de su etapa mexicana se manejaba tan mal que a 100 km/h sentías vibrar la carrocería. Era inseguro, mal acabado, lento. En resumen, llegó a ser el peor auto en territorio mexicano en sus últimos años. Y eso que estaba el Tsuru, un coche que fue perdiendo cosas como barras estabilizadoras y de protección lateral, hasta volverse otro auto poco seguro y no recomendable como usado, a pesar de que mantuvo el buen manejo proporcionado en buena parte por su suspensión trasera independiente. Obviamente hoy tampoco es recomendable.
Un tipo de auto que no se recomienda comprar con más de 3 años de uso son los Premium, a menos que el comprador tenga capacidad financiera suficiente para mantenerlo y simplemente prefiera comprar un seminuevo porque alguien más ya pagó la depreciación inicial. Pero si ningún premium es recomendable después de cierto tiempo de uso a menos que tengas la condición financiera anteriormente mencionada, hay un par de marcas que, aunque seas millonario no debes comprar un coche de ellas con más de dos o tres años de haber sido vendido. Se tratan de Jaguar y Land Rover. Hoy parte del grupo indio Tata, las tradicionales marcas británicas son habitantes frecuentes de los últimos lugares en los estudios de calidad en todo el mundo. Tan conocida es su fama de mala fiabilidad, que desde 2018 el asunto se volvió una obsesión arreglarlo, cuando aún se encontraba al frente el germano-británico Ralph Speth, quien decía que ya tenían mejor calidad, solo que el público aún no lo sabía. En 2012, la revista británica What Car?, junto con Warranty Direct, levantó un estudio en el que Land Rover era la marca menos fiable de todo el Reino Unido. En 2016, JP Power mostró que en promedio las marcas tenían 130 problemas por cada 100 autos en sus primeros tres meses, pero Land Rover tenía 179, es decir, casi 2 problemas por cada auto en sus primeros 90 días con los propietarios estadounidenses. Nombrado Jefe Ejecutivo el año pasado, el francés Tierry Bollore, ex CEO de Renault, dijo que el foco principal es mejorar su calidad y que debido a esos problemas la marca estaba perdiendo alrededor de 100 mil ventas por año. El primer paso para resolver un problema es reconocerlo, sin duda, pero por lo pronto, consumidor mexicano, piensa no una, dos o tres, sino mil veces antes de comprar un Jaguar o Land Rover seminuevos.