Uno de los tantos efectos negativos que ha causado la pandemia a la industria automotriz es el aumento en el precio de los autos usados.
Evidentemente, son dos los factores que han provocado el alza en los vehículos seminuevos: por un lado, muchas personas han evitado usar el transporte público ante el riesgo de contagio de covid; por el otro, la escasez de autos nuevos por la falta de chips.
Esta situación ha hecho que la gente recurra a la compra de vehículos de segunda mano, pero claro, como en todo, al ser mayor la demanda que la oferta, los precios se han disparado en los últimos meses.
Por ejemplo, en Alemania, el mercado de autos más grande de Europa, los precios de los automóviles usados aumentaron un 25% en 2021 en comparación con 2019.
A la par, se lanzaron al mercado menos vehículos nuevos que empresas de alquiler, por lo que las necesidades se cubrieron con vehículos usados.
Entonces estas empresas no vendieron sus autos usados, renovaron los contratos con los existentes, reduciendo significativamente la venta de autos usados.
Además, el costo de transportar autos usados de un estado a otro ha aumentado significativamente en los últimos tiempos, lo que hace que el aumento se traslade al consumidor final.
No se espera que esto cambie en el corto plazo. Es probable que el mercado de automóviles usados siga siendo el mismo en 2022, quizás ya en 2023. Solo se normalizará cuando la producción de automóviles nuevos vuelva a la normalidad y las fábricas puedan satisfacer una mayor demanda.
