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Prueba de Manejo

MINI John Cooper Works 2019 a prueba: un destacado miembro del club de los hot hatch

Se trata del MINI hatchback de producción masiva más poderoso de la historia.

MINI John Cooper Works 2019 a prueba: un destacado miembro del club de los hot hatch

En el mundo del automóvil, existen ciertos vehículos que no pueden hacer un giro radical a su estilo, porque en caso de hacerlo perderían su encanto. Así que con el paso de una generación a otra, es imposible que existan cambios radicales como si podría suceder con la mayoría de los modelos.

Uno de los ejemplos más claros de esto que estamos hablando es el MINI Cooper, que si bien, dio un giro de 180 grados a principios recién iniciado del Siglo XXI debido a que la marca fue adquirida por BMW Group, su estilo actual, que evoca al Mini original de los 60, se ha mantenido fiel a su esencia. Durante esta nueva etapa, lo único que se ha podido lograr es mejorar el confort aumentando sus dimensiones, incrementar la dosis de poder y evolucionar en materia de tecnología. 

Siempre será el mismo

A 18 años de esta nueva era, MINI también ha evolucionado ante la tendencia del mercado que son los SUVs (MINI Countryman), por lo que ha creado una serie de modelos que se apegan a la genética del MINI Cooper, solo que con carrocerías que se adaptan a la tendencia mundial. Sin importar que las ventas estén inclinadas por los utilitarios, el estilo de la versión hatchback no ha perdido terreno ante las camionetas, debido a que se trata de un automóvil de esos que son llamados de culto. Una muestra de ello, es que junto con el Jeep Wrangler una vez que llegan al mercado de segunda mano, no sufren tanto la devaluación. Esto se debe a que son sumamente codiciados, ya sea nuevos o usados.

Además de su estilo peculiar, uno de los grandes atributos del MINI Cooper son las altas prestaciones que ofrece, esto como consecuencia de su excelente relación peso/potencia y al bajo centro de gravedad. Pero siguiendo la costumbre de BMW Group de ofrecer versiones dotadas de una imagen exclusiva, así como dosis extra de poder y adecuaciones en los elementos mecánicos para lograr un manejo superior; MINI ofrece las versiones John Cooper Works, que son el equivalente a las variantes M de BMW.

En homenaje a John Cooper

Esta designación no es otra cosa más que un homenaje a John Cooper, la persona que tuvo el encargo de su amigo Alec Issigonis, el creador del clásico Mini, de desarrollar una versión que pudiera competir dentro del Rally de Monte Carlo en 1964. Gracias a una serie de mejoras en el motor, carrocería, suspensión, dirección y caja de cambios, este pequeño pero grandioso auto, demostró ser superior a sus competidores. Y vaya que lo hizo con tres victorias en aquella legendaria carrera.

Bajo esta premisa, los actuales MINI que llevan el emblema de John Cooper Works, no hacen otra cosa más que llevar a un nivel superior las capacidades de agilidad, estabilidad y aceleración que se pueden encontrar una variante normal. En el caso específico, del MINI Cooper hatchback es la más fiel recreación de aquel auto ganador de Monte Carlo, puesto que se trata del más pequeño de la gama.

Más que preciso

Como todo auto deportivo, el MINI John Cooper Works tiene un profundo trabajo de ingeniería para poder lograr una conducción pura. Dentro de esta labor, la puesta a punto de la suspensión está enfocada a tener amortiguadores más rígidos, una dirección más precisa, frenos más grandes y cambios más largos para poder sacar más provecho del motor 2.0 de cuatro cilindros. Este último también tiene que ver en el alto performance, debido a que la cantidad de poder es elevada mediante la alteración del software para alcanzar 231 hp. Quien tampoco podía faltar a esta cita, es el sistema de escape que ofrece notas más fuertes y graves, y así hacer sentir auditivamente que se trata de una versión más rabiosa.

Con todas estas alteraciones, lo que se obtiene una conducción mucho más ágil y rápida que el MINI Cooper S, que ya de por sí es poderosa. Evidentemente, el mejor papel de este pequeño auto con caja automática de ocho velocidades, lo tenemos al momento de tomar un camino con curvas, ya que entra y sale de ellas como si estuviera montado sobre rieles. Precisión  y aplomo son las mejores palabras que puede describir el comportamiento de este subcompacto. 

Pero todo esto todavía se pone mejor al momento de pasar el modo de conducción a Sport. Valga la expresión, pero aquí la rigidez todavía es más rígida y la respuesta del acelerador es más eficaz. Esto da como resultado que la conducción sea mucho más deportiva aún. Así es como podemos sacar el máximo provecho del MINI hatchback de producción más rápido jamás creado.

Desgraciadamente, no todo es color de rosa para este JCW. Si bien bueno uno de sus punto negativos no es culpable de manera directa, si debemos decir que ante una mala calidad del asfalto, que no es nada extraño en nuestro país, pasar por un bache puede terminar en una tragedia debido a la rigidez de la suspensión. Ojala solo fuera el sonido que produce el rebote del amortiguador, pero el pasar por un hoyo puede terminar en una llanta ponchada y daños en el rin.

Lujo personalizable

A esta cita de deportividad, no podía hacer falta el tratamiento estético que parte de un kit aerodinámico, asientos de cubo, adhesivos y emblemas de John Cooper Works. También existen otros aderezos sobre el ambiente de lujo como son los pedales, el volante y la palanca de velocidades. Aunque esto no es una novedad, si lo son las opciones de personalización gracias a la personalización 3D.

En pocas palabras

En definitiva, la versión John Cooper Works del MINI Cooper hatchback es un verdadero juguete, que si bien en ciertas ocasiones puede resultar tedioso para el día dependiendo del estado del asfalto, sus capacidades dinámicas lo hacen especial, sobretodo en esos caminos donde lo primero que se exige es estabilidad.

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