A pesar que la preferencia por los vehículos a diesel se encuentra a la baja, y así seguirá en los años siguientes, Audi se animó a desarrollar una versión deportiva del Q5 bajo la tecnología de Inyección Directa Turbocargada: el SQ5.
Siguiendo los pasos de su antecesor, este SUV acoge el V6 TDI, solo que en esta ocasión el torque está disponible de manera inmediata y sin retrasos gracias al compresor eléctrico que forma parte de la tecnología Mild-Hybrid mejora aún más la eficiencia.
De esta manera, el seis cilindros alimentado por diesel por medio de la caja automática tiptronic de ocho velocidades entrega 347 hp y 516 libras-pie de torque entre las 2,500 y 3,100 rpm. Este poder combinado con la masa de 1,700 kilogramos permiten que este Q5 alcance los 100 km/h desde cero en solo 5.1 segundos. Algo que también es de llamar la atención es que pesar de este alto potencial y el sistema de tracción total permanente quattro, el consumo de combustible es de 14.7 km/l.
Al copiar la fórmula del SQ7 TDI, el nuevo SQ5 TDI equipa un sistema eléctrico principal de 48 volts que incluye un compresor eléctrico (electric powered compressor, EPC) y un sistema Mild-Hybrid (Mild Hybrid Electric Vehicle, MHV). Ese sistema permite que se almacene energía en una compacta batería de iones de litio con una capacidad de 10 Ah, situada bajo el piso de la cajuela, para enviarla al compresor eléctrico. Esto permite que el flujo de escape proporcione una energía demasiado pequeña para mover la turbina, por lo que siempre que se necesite, hay disponible una gran cantidad de torque de manera inmediata y sin turbolag.
Por su parte, el sistema MHEV puede reducir el consumo de combustible gracias a que integra un alternador que hace las veces de motor de arranque, movido por una correa (belt alternator-starter, BAS) y conectado al cigüeñal. Durante la deceleración, es capaz de recuperar hasta 12 kW de potencia. Esta energía eléctrica se almacena en la batería de iones de litio, desde donde se distribuye dinámicamente hacia los dispositivos que la consumen.
Por ejemplo, en caso de que el conductor no acelere a una velocidad de entre (55 y 160 km/h), el nuevo Audi SQ5 TDI puede recuperar energía o avanzar en modo de marcha por inercia, bien con el motor desembragado al ralentí o bien apagado, hasta un máximo de 40 segundos. Si el vehículo está equipado con control de crucero adaptativo, el motor se pone en funcionamiento tan pronto como el vehículo precedente inicie la marcha, aunque el conductor del SQ5 TDI aún siga pisando el freno.
Otros elementos que trabajan para ofrecer un alto desempeño en esta SQ5 es el control de torque selectivo, que frena mínimamente las ruedas interiores de la curva antes de que comiencen a deslizar. De esta forma, se envía directamente la fuerza, a través del diferencial, a las ruedas con mejor tracción, para ganar estabilidad. Asimismo, es posible equipar la SQ5 TDI con un diferencial deportivo en el eje trasero para distribuir activamente la potencia entre las ruedas traseras durante una conducción en caminos virados y así eliminar de raíz el subviraje.
Por si fuera poco, esta SUV contiene suspensión con control de amortiguación de serie, misma que además modificar la rigidez de los amortiguadores reduce la altura de la carrocería 30 mm con relación al Q5 con suspensión estándar y ofrece un ajuste particularmente amplio entre confortable y dinámica.
A lo anterior hay sumar rines aluminio fundido de 20 pulgadas, frenos con caliper de aluminio de seis pistones, discos de 375 mm de diámetro, detalles estéticos en la carrocería, un interior con costuras de contraste en el volante deportivo de cuero y en los asientos tapizados en piel y alcántara.
Por último, el nuevo Audi SQ5 3.0 TDI comenzará a llegar a los concesionarios en Alemania en verano de 2019.
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