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Hyundai Ioniq, El futuro del automóvil es eléctrico

La electrificación del automóvil es inminente

Hyundai Ioniq, El futuro del automóvil es eléctrico

Hemos hablado sobre la manera en que como consumidores de autos, vamos evolucionando a lo largo de nuestra vida. Si bien, en una primera etapa o tu primer auto hablamos de movilidad accesible y eficiente, pasando por la segunda etapa, o ese auto que te llena el ojo, te hace sentir bien y/o estar a la moda, hasta aquel que te permite llevar con seguridad y comodidad a toda tu familia. El día de hoy abordamos el tema del futuro del automóvil.

Tenemos la fortuna de vivir un periodo excitante y por qué no decirlo, un tanto incierto en materia de los autos y la movilidad. Si bien, podemos calificar al automóvil como uno de los inventos que más han contribuido al desarrollo de la humanidad, la realidad es que en sus poco más de cien años de existencia, el planteamiento básico se había mantenido prácticamente inalterado. Claro que los autos se hicieron más seguros, rápidos y cómodos, pero desde que el motor de combustión interna le ganó a todas las demás propuestas, el concepto básico no cambió demasiado.

En los inicios, la idea era tener carruajes que no requirieran de caballos para moverse. Ideas hubo muchas, vehículos impulsados por; vapor, carbón, e incluso electricidad. Una cantidad innumerable de fabricantes (que podríamos calificar más de soñadores e inventores), surgieron y muy pocos sobrevivieron.

Y bueno, sabemos el resultado, el motor de combustión interna, de cuatro tiempos, prevaleció y se estableció como el método de propulsión predilecto por la industria automotriz.

De unos cinco años, ocho cuando mucho para acá, y por primera vez desde su creación, el automóvil se encuentra al borde de su reinvención. La necesidad primaria, dejar de depender de los combustibles derivados del petróleo, pero también, los autos deben evolucionar en otros aspectos para atender la creciente necesidad de conectividad y eficientizar los tiempos de traslado, idealmente (para muchos) eliminando de la ecuación al ser humano como operador o conductor. Para los entusiastas, como yo, la idea de no escuchar más el rugido de un motor al subir de revoluciones, dejar de disfrutar del manejo en una carretera llena de curvas o peor aún delegar al auto la tarea de que me lleve sin intervenir en absoluto, supone una tragedia de proporciones bíblicas, pero si bien es cierto el tema del sonido sí parece estar perdido, los eléctricos han demostrado que pueden ser tan divertidos y rápidos como el mejor deportivo con motor de combustión, por lo que el progreso podría no ser tan catastrófico. 

La electrificación del automóvil es inminente, nos guste o no y está sucediendo más rápido de lo que pensamos. El primer paso, que ya es una realidad son los híbridos, mismos que para muchos denominan son una tecnología de transición, ya que utilizan un motor de combustión con la ayuda de uno eléctrico para reducir tanto consumos como emisiones, aquí y como un escalón todavía más avanzado entrarían los híbridos plug-in. El paso siguiente es que los vehículos sean completamente eléctricos, ya sea tomando la energía almacenada de una inmensa batería o bien, generando electricidad a partir de una celda de combustible de hidrógeno.

De todos los casos mencionados ya hay varios exponentes en el mercado, sin embargo, por cuestiones de accesibilidad, los híbridos son de momento los que más volumen pueden colocar, y es que un eléctrico de tamaño equivalente puede costar un 40% más. Entonces el vehículo que hoy nos ocupa es el Hyundai Ioniq, el primer híbrido dedicado de la firma coreana y aunque en nuestro mercado no están disponibles, cuenta con variantes plug-In hybrid y eléctrica.

Su carrocería tiene un diseño muy particular, definida por completo en función de obtener el mejor rendimiento aerodinámico posible, ya que a menor arrastre, menor consumo. Este tipo de configuración que no son sedán, ni tampoco hatchback son denominadas como Kammback y quizá el exponente más conocido de ella es también el acérrimo rival del Ioniq, por supuesto me refiero al Toyota Prius.

El Ioniq entonces recurre a un pequeño propulsor cuatro cilindros de 1.6 litros asociado a una transmisión automática de doble clutch y que se suma a un motor eléctrico, que en conjunto generan 140 hp, la energía que alimenta al motor eléctrico proviene de una batería de polímero de litio, un compuesto de nueva generación que reduce el peso en 20%  en comparación con el de iones de litio, que es el más utilizado por el resto de la industria incluidos los 100% eléctricos como los Tesla, pero sin perder capacidad energética.

El ser un híbrido a secas, la energía de la batería se genera a través del sistema de frenos que tiene la capacidad de convertir en electricidad el calor producido por la fricción de las balatas con el disco, además de la energía que se recolecta al transitar por pendientes.

El sistema del Hyundai Ioniq gestiona de manera automática cuando debe funcionar el motor de combustión, el eléctrico o la combinación de ambos para así entregar una experiencia de manejo adecuada, sin que los pasajeros noten estas transiciones. Lo anterior se traduce en rendimientos de combustible que hace unos años eran impensables para un vehículo de este tamaño, y es que la marca anuncia 28 km/l, cifra en verdad extraordinaria, aunque a nosotros en condiciones reales de uso en ciudad nos arrojó un número inferior, pero aun así impresionante de 25 km/l.

Adicionalmente y pese a ser un vehículo cuyo enfoque no es la velocidad, sí es capaz de entregar el desempeño necesario para efectuar recuperaciones o rebases cuando sean necesarias.

El futuro del automóvil no solo representa cada vez menor consumo de combustibles fósiles, sino que en algún punto, será 100% eléctrico y por lo tanto cero emisiones, pero adicionalmente también será sin ruido o vibraciones

 

 

 

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