
Varios compradores del Xiaomi SU7, su primer vehículo, están denunciando en redes sociales que la empresa les está exigiendo el pago total del coche semanas o incluso meses antes de recibirlo, lo cual contradice lo que Xiaomi había prometido públicamente: que los clientes podrían verificar el auto antes de pagar el resto.
Cuando el medio chino Sina Tech buscó a Xiaomi para aclarar la situación, la compañía se negó a comentar.
El problema nace en una cláusula del contrato de compra. Ahí se establece que los compradores deben liquidar el total del vehículo dentro de los siete días posteriores a la notificación de pago, y que Xiaomi puede pedir ese pago en cualquier momento, dependiendo del “plan de producción” o “situación de ventas”.
Además, si no se paga a tiempo, Xiaomi lo considera una violación grave del contrato, con derecho a cancelar el pedido y quedarse con el depósito.
El detalle es que esta cláusula no es opcional: hay que aceptarla para poder avanzar con la compra. Y eso ha provocado un debate sobre si Xiaomi está aplicando términos abusivos en su contrato.
Lo más delicado del asunto es que esto va en contra de lo que la propia marca publicó en su cuenta oficial de WeChat, donde aseguraba que el proceso incluía inspeccionar el vehículo antes de hacer el pago final.
Comparado con otras marcas, el enfoque de Xiaomi es bastante agresivo. Según el medio Auto Sohu, tanto Tesla como Nio permiten que los compradores revisen el auto antes de liquidarlo.
Marcas más tradicionales como BYD o Geely, en cambio, trabajan bajo el esquema clásico: enganche al principio, saldo al momento de la entrega.
Para una empresa que acaba de entrar al mundo automotriz, Xiaomi se está jugando mucho con este tipo de políticas. La confianza del cliente es clave en un mercado tan competitivo, y si no cuidan ese detalle, podrían empezar a perder más que pedidos: también reputación.