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Mitsubishi se retira definitivamente de China y pone fin a su última alianza industrial

La historia de Mitsubishi en China se remonta a 1973, cuando comenzó exportando camiones.

Mitsubishi se retira definitivamente de China y pone fin a su última alianza industrial

Mitsubishi Motors ha confirmado su salida total del mercado chino tras disolver su última empresa conjunta en el país asiático. Se trata de Shenyang Aerospace Mitsubishi Engine Manufacturing, una alianza clave que operaba desde finales de los años 90 y que ahora ha sido rebautizada como Shenyang Guoqing Power Technology Co., Ltd., eliminando cualquier vínculo con el fabricante japonés.

La decisión marca el cierre definitivo de las operaciones industriales de Mitsubishi en China, tras haber cesado la producción de vehículos en 2023. La medida forma parte de una estrategia para reestructurar su presencia global, en medio de la rápida transformación de la industria automotriz hacia modelos eléctricos e híbridos. La competencia feroz de marcas locales como BYD o Aion ha sido determinante en este proceso.

La historia de Mitsubishi en China se remonta a 1973, cuando comenzó exportando camiones. Pero fue en 2012 cuando la firma se asoció con el grupo GAC para fundar GAC Mitsubishi, con el objetivo de producir vehículos de pasajeros. Outlander impulsó las ventas hasta un máximo de 144,000 unidades en 2018, aunque los números cayeron abruptamente a 33,600 unidades en 2022.

La situación financiera se tornó insostenible en 2023, con pasivos que superaban los activos por más de 1,400 millones de yuanes. GAC terminó asumiendo el control total de la planta, la cual fue reutilizada para fabricar vehículos eléctricos de su marca Aion. Desde entonces, Mitsubishi ha dado señales claras de su salida definitiva del país.

El impacto de esta retirada no solo es económico, sino también simbólico. China, el mayor mercado automotriz del mundo, ha cambiado sus reglas del juego. Mientras las marcas locales han apostado agresivamente por la electrificación, los fabricantes tradicionales extranjeros han quedado rezagados, y Mitsubishi es solo una de las marcas que no lograron adaptarse con suficiente rapidez.

Uno de los aspectos que más preocupaban a la marca era mantenerse vigente en un entorno regulado, donde las normativas de seguridad y eficiencia energética se han vuelto más exigentes. A pesar de lanzar modelos como el Mitsubishi Airtrek EV, la firma no logró generar las suficientes ventas en un mercado dominado por vehículos inteligentes, conectados y de nueva energía.

Con esta salida, Mitsubishi busca replantear su posición en otros mercados, concentrándose en modelos electrificados y asociaciones estratégicas en regiones como el sudeste asiático y Europa.

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