Las tarifas que el gobierno de Estados Unidos aplicó a las importaciones automotrices a ese país, tienen a muchas marcas vueltas locas, buscando la mejor solución posible, pues para muchas de ellas es inviable económicamente mover sus líneas de producción a la Unión Americana.
Porsche es una de las firmas globales que más depende del mercado estadunidense, pues es su primera fuente de ventas. Durante 2024, la marca alemana vendió 310,718 unidades, 86,541 de ellas llegaron a Estados Unidos, superando por mucho a cualquier otro mercado en el mundo.
Así que no era complicado creer el reporte de Bloomberg, donde afirmaba que la compañía estaba planeando llevar las etapas finales de producción de los vehículos a suelo estadunidense, para tratar de reducir esas tarifas.
Sin embargo, hoy un vocero de Porsche confirmó que no existe ningún plan de ese tipo.
Hace unas semanas, Jochen Breckner, director financiero de Porsche, afirmó que cualquier tipo de relocalización de la producción de sus modelos no tenía ningún sentido, dada la baja cantidad de unidades que producen, incluso si encontraran espacio en alguna planta de sus marcas hermanas.
También, en días pasados, Oliver Blume, CEO del Grupo Volkswagen y CEO de Porsche, confirmó estar en pláticas con autoridades estadunidenses para ver la forma de que Volkswagen tenga una huella de producción más grande en la Unión Americana.
Tal vez, incrementando la fabricación de modelos VW y Audi, está buscando que sus otras firmas como Lamborghini, Porsche, Ducati, e incluso Cupra (en caso de que sí llegue en 2027), puedan evitar la carga arancelaria cuando son exportados de Alemania, Italia y España.
Muchos directivos automotrices han estado presionando a las autoridades europeas para que logren tener un acuerdo con Estados Unidos, e incluso, se ha puesto en la mesa la opción de buscar importaciones igualitarias entre ambas regiones.
