
Nuestra visita al BMW Test Fest de 2024 no solo nos dejó ponerle las manos a toda la gama de la marca, incluyendo los nuevos BMW X3 M50 y BMW M5 2025. También vimos un adelanto del nuevo sistema de infoentretenimiento que la marca usará, la actualización de la BMW IX 2026 y por si fuera poco; viajamos en un prototipo que lleva el nuevo “Heart of Joy”, una unidad de control hiper tecnológica que revolucionará la dinámica de manejo de los autos eléctricos y que veremos muy pronto dentro de los productos de la Neue Klasse.
¿Qué es el Heart of Joy?
Más allá de un término de marketing muy claro, el Heart of Joy es la nomenclatura que la marca usará para referirse a su nueva unidad de control que en una misma supercomputadora, reúne la gestión de la dinámica del vehículo que antes se tenía que controlar a través de al menos dos o más computadoras o unidades de control.
Gracias a este avance e integración, se espera una mejora en decenas de funciones y experiencias sobre el auto. Desde una mejor eficiencia, menor tiempo de respuesta entre nuestros comandos (dirección) y la reacción del auto, frenadas más seguras, recuperación de energía más capaz ,mejor calidad de marcha y la posibilidad de explotar mucho mejor las capacidades del auto sin problema alguno, entre muchas otras cosas más.
Esta nueva súper unidad se ha desarrollado por completo dentro de BMW por lo que su actuar se ha podido adaptar exclusivamente a los productos de la marca, sin tener que seguir estándares que generalmente limitan ciertas acciones al usar componentes desarrollados por un proveedor externo.
Un ejemplo, es que el auto de prueba, el BMW Vision Driving Experience, puede generar hasta 13,269 lb-pie de par cuando sus cuatro motores eléctricos llegan al máximo de su despliegue de poder y a pesar de ello, la unidad de control, sabe perfectamente cómo, cuándo y dónde puede desplegar o distribuir esa fuerza para mantener el auto en control.
Con lo anterior en mente, los ingenieros de BMW tienen confianza en que si la unidad puede regular todo eso en un auto de pruebas, puede sin duda alguna hacer un gran trabajo en un auto de calle con cifras de poder convencionales.
Un punto que mejora mucho es la recuperación de energía, pues gracias a la gestión que este hardware y software puede lograr en conjunto con motores eléctricos de nueva generación, hacen que las frenadas del auto en una conducción urbana se puedan lograr en un 98% solo con los motores eléctricos mientras recuperan energía. Sólo cuando se tiene una frenada sumamente fuerte, que esté a punto de calificar como una frenada de emergencia, entonces usarán también los frenos tradicionales de fricción.
Con lo anterior la recuperación de energía mejora tanto que la autonomía de los autos eléctricos de la Neue Klasse se puede extender hasta en un 25%. De igual forma, el desgaste de los frenos tradicionales se reduce de gran forma, significando un menor costo de mantenimiento para el cliente.
Esta nueva unidad puede combinar en una misma, el control sobre el tren motriz, frenado, control electrónico de estabilidad, dirección y recuperación de energía, por lo que la latencia en la respuesta a cada comando o ajuste propio del software para mantenernos en el camino de forma segura, maximizar los límites del agarre del auto o bien darnos la mejor experiencia posible en pista se mejora cómo nunca se había visto. La latencia entre los cálculos necesarios y la ejecución de ajustes a todos los elementos ya mencionados toma solo milisegundos para tener efecto.
Gracias a esto mismo, bajo una alta demanda, por ejemplo, al conducir en un circuito, el auto se mantendrá más estable, tendrá mejor tracción y necesitará menos correcciones en caso de que nos acerquemos a los límites del agarre que pueda ofrecer tanto de forma mecánica, cómo a través de lo que puede intervenir el software.
Mientras que este “súper cerebro” —cómo BMW lo llama—, se encargará solo de las dinámicas del vehículo, la marca también habla de que trabajará en conjunto con otros tres súper cerebros, o súper computadoras que tendrán tareas más específicas, tanto en control de asistencias avanzadas, cómo en control del sistema de infoentretenimiento y hasta funciones de confort en general.
Esta tecnología no es algo que veremos integrada en décadas a futuro. De hecho, es parte medular de los productos de la Neue Klasse de BMW, es decir, los modelos de nueva generación que comenzarán a producirse en este mismo 2025 y que poco a poco irá permeando a todos los productos de la casa alemana.
Una experiencia tanto emocionante cómo aterradora
Una cosa es tener una presentación con la marca en la que sus ingenieros nos expliquen qué y cómo lograron integrar ese poder computacional a una caja discreta que irá escondida en las entrañas de cada auto y otra es poder experimentar lo que sucede cuando actúa.
Por ello mismo BMW puso a nuestra disposición al BMW Vision Driving Experience, un prototipo pensado totalmente para poder desarrollar y probar las capacidades de estos módulos de control.
La experiencia fue bastante controlada, pues si bien no pudimos manejar por nuestra cuenta el auto, BMW trajo a Jens Klingmann, uno de los pilotos oficiales de fábrica que ha competido en las 24 Horas de Nürburgring, IMSA y varias otras series con autos GT3. Jens pilotó con nosotros a bordo para mostrarnos las capacidades de estos nuevos sistemas.
A grandes rasgos lo que experimentamos fue emoción pura, tanto adrenalina por la forma en la que aceleraba y frenaba, pero también algo de miedo por la velocidad a la que el auto era capaz de pasar curvas o lo tarde que podía frenar antes de entrar a una curva.
Hay un término que constantemente se usa en este tipo de descripciones y es el sentir que el auto va sobre rieles, algo coloquial, pero muy literal cuando íbamos a bordo de este auto.
Las correcciones a la dirección eran mínimas y el mayor trabajo para mantener el auto sobre su línea se modulaba con el acelerador.
Hay que destacar que el auto también contaba con llantas lisas de competencia, por lo que el agarre estaba al máximo, pero a pesar de ello si hay una palabra que describe la experiencia es “control”.
Al final de la sesión, Jens tuvo luz verde para relativamente destruir las llantas, por lo que tuvo una breve sesión de drift con nosotros a bordo y es difícil describir el nivel de facilidad con la que controlaba el derrape del auto.
BMW dice que este auto jamás llegará a producción, sin embargo, a título personal, me cuesta creer que una marca desarrolle tanto un prototipo cómo para llevar una carrocería hecha a medida y varios elementos que se veían listos para producción integrados.
Generalmente una mula tradicional de pruebas usa una carrocería convencional de cualquier producto existente como cascarón, para que debajo de ella viva toda una bestia distinta sobre la que trabajan. Todo en pro de la discreción.
BMW siempre da sorpresas y algo me dice que este BMW Vision Driving Experience no solo es un laboratorio para el Heart of Joy, siento que mucho de él se verá hasta cierto punto en los futuros M3 y M4 eléctricos. Sólo el tiempo nos dirá si mi especulación es cierta, pero vaya que fue una experiencia memorable y emocionante por todo lo que la marca nos mostrará a futuro.
