Toyota sigue teniendo un amargo fin de año, pues tras anunciar la semana pasada que pararía todos los envíos de autos producidos por su filial Daihatsu, hoy confirmó que cerrará, al menos hasta finales de enero próximo, las cuatro plantas que Daihatsu tiene en Japón.
Esto debido a que los directivos de la firma admitieron que han realizado reportes falsos y otras trampas para superar las pruebas de seguridad de sus vehículos.
Tras haber saltado a la luz pública los problemas de seguridad de algunos modelos de Daihatsu en unos test de choque, comenzaron a aparecer problemas serios de datos falsos, lo que llevó a que Toyota trajera a un comité independiente al grupo para que realizara una investigación profunda de lo que sucedía.
Ese comité encontró evidencia de manipulación de pruebas de seguridad en 64 modelos de Daihatsu, 22 de ellos vendidos bajo el sello de Toyota (incluyendo tres que llegan a México: Avanza, Riaze y Yaris). Así como tres motores, uno que también utilizan modelos Toyota.
Pero además, encontraron en los archivos más de 174 modelos con estos mismos problemas, el más antiguo data de 1989, aunque se encontró un importante incremento en estas prácticas de 2014 a la fecha.
Desde finales de los años 90 Toyota ha tenido acciones en Daihatsu (51.2%), compañía que compró por completo en 2016 y que se especializa en el desarrollo y producción de vehículos pequeños, y representa aproximadamente 4% de las ventas anuales del grupo.
El cierre de las plantas afectará a unos 9,000 empleados, así como a varias operaciones de Toyota en el mundo, pues los modelos fabricados por Daihatsu representan un volumen importante de ventas.
Por su parte, Toyota de México confirmó que los tres modelos producidos por Daihatsu “cumplen o exceden con la normativa vigente mexicana”.