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Motor de arranque: ¿Dónde quedó mi espíritu crítico?

Sergio Oliveira nos explica sí es o no, un analista crítico, en su columna

Motor de arranque: ¿Dónde quedó mi espíritu crítico?

La gran mayoría de mis colegas dice que no hay que hacer caso a los críticos de las redes sociales. Sí, creo que tienen razón, pero solo en parte. Sí creo que los “haters”, los que critican solo por criticar, que se burlan de la apariencia de alguien (mía, incluso, obviamente) o de nuestro trabajo de manera grosera, con ofensas y comentarios denigrantes, es mejor no tomarlos en cuenta y con el paso del tiempo, uno va agarrando callo en eso, la piel se va haciendo más gruesa. Pero hay otro tipo de críticas que me parece, debe ser escuchada: la que se hace con buena intención, que señala los errores que todos cometemos sin apelar a la vulgaridad de las malas palabras (que uso a diario, pero en otro ambiente y con quien hay confianza). Como algunas de esas críticas que recibo se refieren a me he transformado en un analista más “blando” que antes -insisto que me refiero a los críticos educados no a los que sacan de inmediato el adjetivo: “vendido” ante la primera opinión favorable- me puse yo a pensar si eso era cierto, si en verdad soy ahora menos crítico.

Cuando platico con ejecutivos de las marcas, invariablemente ellos dicen que soy muy duro en mis juicios sobre sus autos. Con frecuencia dejan de invitarme a sus eventos y/o de prestarme sus coches, aunque raramente me dicen directamente que lo están haciendo o lo hicieron debido a alguna observación mía.

Es natural que así sea. Para las marcas los medios de comunicación somos una forma de hacer que el público conozca sus productos y cuando hay observaciones poco favorables, sus ventas pueden ser perjudicadas y la relación entre nosotros y ellos se ve afectada. Por fortuna, esto ya no es tan marcado como hace un par de décadas y muchas marcas entienden que hay una diferencia importante entre la difusión que se consigue gracias a sus departamentos de relaciones públicas, que incluye viajes y préstamos, a las que consiguen con sus departamentos de marketing, que compra espacio en los medios para difundir lo que quieren, cuando lo quieren y cómo les parece.

Los autos ya no son como antes

Bombardeado con publicidad, el consumidor busca en los medios una información que diga lo que la publicidad no va a decir: los puntos no muy positivos de los productos o servicios.

Yo siempre ha intentado decir mi opinión sobre los autos de forma neutral, con los aciertos y fallas que los humanos tenemos. El que me sigue desde hace mucho tiempo - probablemente el que hoy cuestiona mi trabajo- debe recordar que mi principal crítica ha sido sobre la seguridad. Y es natural que así fuera, porque durante los primeros 22 de los 25 años que me dedico a esto, la reglamentación sobre el tema era prácticamente nula en México. Dos bolsas de aire y frenos ABS solo pasaron a ser obligatorios en autos nuevos de forma parcial en 2019 y total en 2020. Hoy la lucha es porque tengan ESP (control electrónico de estabilidad) y al menos seis bolsas de aire. Y muchos vehículos que antes no tenían ese equipo, hoy ya lo tienen, aunque no sea obligatorio. Nissan Mexicana, por ejemplo, desde este 2022 equipa todos sus vehículos con 6 bolsas de aire, ABS y ESP. Chevrolet, la segunda mayor en ventas en el país, ya solo tiene el Aveo con la seguridad básica requerida, todos los demás van más allá del mínimo, aunque no tanto como Nissan.

La realidad es que los autos de hoy son mucho mejores comparados a los que yo probé y critiqué hace 25 años. No es lo mismo ni tan importante señalar un desempeño inferior a lo esperado debido al uso de una caja CVT como en la Lexus NX o en la Chirey Tiggo 7, que orientar al consumidor a buscar una alternativa más segura que un Tsuru o un Aveo de la generación anterior.

Sí, lo pensé mucho, pero la conclusión a la que llegué es que sigo diciendo lo que pienso sobre los autos que pruebo, pero estos hoy, por fortuna de todos nosotros, son mejores que antes. Los elogios que hago a muchos de ellos, no necesariamente se deben a esa mejora, sino al hecho de que me encantan los autos y muchos me producen emociones fuertes y gratas. En resumen, sigo con mi consciencia tranquila y agradecido a los que tienen la visión de percibirlo.

¿Cómo ves el punto de vista de Sergio Oliveira en este tema? Déjanos tu comentario.

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