Dodge es una marca que, desde su ingreso al mundo automotriz en 1914, ha fabricado todo tipo de vehículos. Sus factorías han visto nacer sedanes, coupés, hatchbacks, convertibles, pickups, SUV, minivans, camiones e incluso vehículos militares. Sin embargo, se desmarca del resto, debido a que la deportividad es parte importante de su ADN.
Sin duda, su periodo de mayor esplendor se dio durante la época de oro de los muscle cars, cuando nos regaló verdaderas leyendas de la talla del Charger, Challenger o Coronet. Pero también produjo algunos de los deportivos de tracción delantera más sorprendentes del mundo como el Omni GLH, aunque en México recordamos a los Shadow GTS, Spirit R/T y Stratus R/T. Tampoco hay que olvidarse del Viper y la división SRT.
Si bien en México tenemos productos como Attitude y Journey, el primero de origen Mitsubishi, mientras que la segunda es GAC, en Estados Unidos, Dodge está viva gracias a los Charger y Challenger, así como Durango. Todos, reinterpretaciones modernas de sus clásicos deportivos musculosos impulsados por sedientos y poderosos V8 HEMI.
Hoy, como los viejos tiempos, Dodge es percibida como una marca de deportivos y muscle cars. Pero el gran desafío, es mantener su esencia en un mundo en el que la electrificación cobra especial relevancia. Y lograrlo, es un gran reto, ya que básicamente, no se pueden dar el lujo de dar un paso en falso, ya que básicamente, significaría su sentencia de defunción.
Tras la formación de Stellantis, los primeros productos de la nueva era de la firma estadounidense comienzan a llegar y de hecho, su futuro quedó al descubierto la Dodge Speed Week, un evento volcado por completo a esta marca.
Fue ahí, donde se presentó el nuevo Dodge Hornet 2023, basado completamente en el Alfa Romeo Tonale, pero con un frente diferenciado y versiones de alto performance. Puede que los puristas peguen el grito en el cielo, ya que este modelo conjuga todo lo que no le gusta (SUV, híbrida, ADN italiano), pero durante los primeros días, demostró ser un éxito que recibió 14,000 pedidos anticipados.
El Hornet me recuerda de alguna forma al Dodge Omni (1978-1990), un vehículo desarrollado a partir del francés Talbot Horizon, que en un principio fue muy criticado, pero que resultó ser un éxito que ayudó a la marca a salir de la bancarrota que la asechaba en aquella época.
A destacar el Hornet R/T, un híbrido enchufable con 285 hp y 383 libras-pie de torque, capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 6.1 segundos. Y sí, al igual que el Omni, también tiene una versión GHL. Sin duda, será el CUPRA Formentor de los estadounidenses.
Solo esperemos, que la historia se repita, y el Dodge, más europeo, mantenga el paso y logre ser un éxito consolidado. Aunque tampoco hay que olvidar que, en el caso contrario, el Caliber, en un principio presumió unas excelentes ventas y una versión SRT, pero el amor pasó muy rápido, y hoy se le considera un gran fracaso.
Pero sin duda, lo que captó la atención fue el Dodge Charger Daytona SRT Concept, el auto que verdaderamente nos vislumbra el futuro de la marca. Aquí, no estamos ante ningún “rebadge”, sino a toda una declaración de intenciones. Un auto más revolucionario y rebelde de lo que inicial se puede pensar.
El diseño es todo, lo que este auto siempre debió ser: Un coupé que rememora al Charger de 1968. Nada de dos puertas extras, o de carrocerías SUV como el Mustang Mach-E. Aquí no hay espacio para ello, es un Charger en toda la extensión de la palabra.
Puede que inicialmente no asociemos un muscle car con la electricidad, pero con una potencia de 800 volts se espera que sea mucho más rápido que los Challenger Hellcat y lo mejor, es que este Charger seguro se comportará mucho mejor en situaciones de manejo entusiasta, ya que contará con cambios manuales.
Se ve como un Charger, será tan rápido como un Charger, se manejará como un Charger e incluso, sonará como un Charger, ya que una de las curiosidades, es que su motor emitirá un sonido que emulará a los míticos V8 HEMI. Dodge se está esforzando para que su cero emisiones, no sea un electrodoméstico, sino que le va a dotar de un alma propia, esa que los entusiastas siempre agradecerán.
En mi pasada columna, propuse un escenario hipotético donde Pontiac podría regresar como una marca deportiva electrificada, pero después de ver lo que Stellantis prepara para Dodge, creo que ese lugar ya tiene dueño.
Dodge apenas circula sus primeros kilómetros en una nueva era, en la que se convertirá en una marca más exclusiva y enfocada en el alto desempeño, sin perder de vista la sustentabilidad que los tiempos modernos requieren. Sin duda, los hermanos John Francis Dodge y Horace Elgin Dodge, estarían muy orgullosos del rumbo que tomó su compañía.
¿Te gusta el futuro que le depara a Dodge?
*Esta columna expresa el punto de vista del redactor y no necesariamente el posicionamiento de Autocosmos.