Uno de los primeros Hyundai que conocimos en México fue el Verna by Dodge, un modelo que se ofreció como un sedán de cuatro puertas o un hatchback de tres.No era particularmente refinado, pero ofrecía economía y espacio por un precio moderado. Hoy, todavía es posible encontrar varias unidades, ya que también demostro una fiabilidad mecánica muy buena. Después, fue susituido por el primer Attitude.
Si bien los modelos antes mencionados están directamente ligados ala historia del Accent, Hyundai decidió que era un buen momento para retomar el nombre Verna para dar vida a un nuevo sedán de acceso especialmente diseñado para mercados emergentes. Recientemente, este auto inició su andar comercial en América Latina y si bien no hay nada confirmado sobre su posible llegada a México, viajamos a Chile (donde Autocosmos tiene presencia oficial) para conocerlo ya que a nuestro parecer tiene elevadas probabilidades de llegar a reforzar la alineación de la marca en nuestro país al colocarse por debajo del Accent que recordemos, se fabrica en Nuevo León.
La base y el diseño
El Verna (originalmente llamado Reina) es un gemelo del KIA Soluto y comparten la plataforma y las medidas exteriores: 4,300 mm de largo, 1,705 mm de ancho y 1,460 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2,570 mm y una cajuela de 475 litros. Ambos cuentan con suspensión delantera McPherson y trasera de eje rígido, frenos de disco delanteros y una dirección con asistencia eléctrica.
El Hyundai verna sigue con el estilo de diseño de "escultura fluida", incluyendo la parrilla tipo cascada en plástico negro (sin elementos cromados en nuestra unidad), una toma de aire delgada en la parte baja. La silueta nos muestra un diseño conservador, incluyendo las llantas de tamaño pequeño (14 pulgadas). La trasera es la parte menos lograda del diseño y, en opinión personal, es fea. El problema no es el look general, sino el tamaño y diseño las calaveras.
El interior a tono
En el habitáculo del Verna no hay nada que resalte por su diseño y alta calidad, pero todo está a tono con la propuesta de valor del auto. Como siempre en Hyundai, hay un trabajo de texturas y tonalidades, asociado a terminaciones sin cuestionamientos, que hace que se eleve significativamente la calidad percibida. No se ve elegante, pero tampoco se ve "barato".
El diseño es normal, con un volante multifunción cómodo al tacto e instrumentos clásicos de dos relojes y un display digital pequeño, cuya única crítica podría ser la forma de la tipografía, pero es una cuestión de gustos. Lo peor en este aspecto es la colocación de los mandos de los vidrios, puestos en la parte baja del tablero y muy lejos de las manos.
En el centro del tablero descansa una gran pantalla táctil de 9 pulgadas, que me da la sensación que no es original de fábrica, aunque tampoco podría asegurar que se trate de un "after market". Lo cierto es que da igual, porque luce bien y funciona de maravilla. Cuenta con conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, ofrece bluetooth y puerto USB.
Otro detalle no menor es que hay múltiples portaobjetos repartidos por la consola y puertas, que facilita la usabilidad tradicional del auto.
La posición de manejo se obtiene fácil ya que hay ajustes en altura del volante y del asiento del conductor, aunque extreñé un ajuste en profundidad. Hay buena visibilidad hacia todas partes y, en general, todos los mandos quedan a la mano. Y un buen añadido en un apoyabrazos central de serie.
Se ofrece espacio para cinco ocupantes, aunque, hay que decirlo, sólo cuatro irán realmente cómodos. El problema del Verna no es el espacio para piernas o cabeza en las plazas traseras, sino el diseño de los asientos, que deja una plaza central levantada con la cabeza queda demasiado cerca del techo. Diría que un niño que no requiera de silla o alzador podría disfrutar más de ese lugar.
Respecto a la cajuela, es grande en tamaño (475 litros) y el acceso es amplio para no tener inconvenientes a la hora de meter cosas. El único problema es que para abrirlo, o hay que usar la llave directamente, o utilizar la palanca del interior, pero no tiene un botón.
Cuestión de equipamiento
En el Verna, el nivel de equipamiento incluye bolsas de aire frontales y laterales, frenos con ABS y EBD, cámara de reversa, anclajes isofix, vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado y el sistema de audio con pantalla táctil de 9", bluetooth y las otras conectividades. La lista se complementa con frenos de disco traseros, rines de aleación, sensores de estacionamiento, control de estabilidad y quemacocos.
Así se maneja el nuevo Verna
El Hyundai Verna se ofrece con un motor conocido desde hace algunos años: el MPi 1.4 litros con 94 Hp y 97 lb-pie de par, que está asociado a una caja manual de cinco velocidades o con una automática de cuatro.
Dinámicamente, el mejor uso del Hyundai Verna es en la ciudad, ya que siento que está bien configurado para este tipo de usos. Cuenta con una suspensión suave que amortigua las imperfecciones del camino y no transmite asperezas al volante, ni tampoco genera golpes ni rebotes cuando nos pasamos un tope.
La dirección tiene una buena asistencia para espacios reducidos y no se siente artificial. Y si bien la potencia del motor puede parecer poca, es perfecta para este auto en un uso tranquilo. Tiene buen arranque y una recuperación correcta, pero además está bien gestionado por la caja manual, una transmisión bien escalonada para mantener el motor en el régimen ideal.
En carretera, en cambio, aparecen las mayores fallas dinámicas del Verna: se escuchan muchos ruidos en el interior debido a que cuenta con una pobre aislación del habitáculo. A partir de los 100 km/h se escucha el motor, pero mucho más el ruido del viento o aerodinámico. También hay algo de ruido de rodadura, pero dependiendo del tipo de asfalto. No es del todo agradable.
En alta velocidad hay cierto retardo de la dirección, y la suspensión se siente algo blanda, especialmente en los cambios bruscos. Sin embargo, es seguro de conducir, frena bien, sin desacomodos ni movimientos raros, y transmite un buen feeling a casi cualquier régimen de marcha.
Eso sí, a 100 km/h el tacómetro está sobre las 3,000 rpm y a 120 km/h se encumbra a 3,500 rpm. Se extraña demasiado una caja de seis para desahogar el motor.
Conclusión
El Hyundai Verna es un buen auto, concepto familiar y de uso en ciudad. Es cómodo y fácil de manejar, está todo bien dispuesto y a la mano, tiene un correcto equipamiento considerando su precio, y un motor confiable y relativamente eficiente. En caso de llegar a México se cologaría entre Grand i10 sedán y Accent. Su rival principal sería el Chevrolet Aveo, así como el Volkswagen Vento. No sería carismático, pero sí, muy funcional. Y sin duda, ayudaría a incrementar el nivel de participación de la marca en este segmento.