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Autos clásicos

Citroën homenajea al 2CV, el auto de Mafalda

Recién se cumplieron 30 años del cese de su producción.

Citroën homenajea al 2CV, el auto de Mafalda

Un día como hoy hace 30 años (27 de julio de 1990), en la planta de montaje de Citroën en Mangualde (Portugal), salió de la línea de producción el último 2CV de la historia. A las 4 de la tarde de aquel día se finalizó el ensamblaje de la unidad número 5,118,889 del modelo, un número significativo para aquellos años con niveles de producción menores a los actuales. 

Aquel modelo portaba el número de chasis AZKA0008KA4813, era un Citroën 2CV 6 Charlestone, con carrocería bicolor en grises oscuro y claro, y que recibió un corto homenaje musical antes de entregárselo a su dueño, el mismo gerente de la planta de Mangualde, Claude Hebert.

Finalizaba así uno de los capítulos más importantes de Citroën y de la industria automotriz, un proyecto que nació sin más ambición que ayudar a la motorización de Francia en los años 30, y que con el paso de los años se transformó en una auténtica leyenda en todo el mundo, aunque en México fue un fruto prohibido.

Ultimo modelo en producción

Con especificaciones claras

Corrían los años 30 y Citroën buscaba lanzar un modelo sencillo, funcional y accesible, que permitiera la masificación del automóvil en la Francia de la posguerra, algo que hasta entonces estaba reservado para las personas de mayores ingresos. Fue en 1934 cuando el nuevo director general de Citroën, Pierre-Jules Boulanger, aprobó el proyecto de desarrollo de un vehículo de consumo masivo, económico de costo y uso, seguro para sus ocupantes, y tan versátil, que debía ser capaz de transportar con la máxima comodidad a cuatro personas y 50 kilos de equipaje, a una velocidad de 60 kilómetros por hora.

Con las letras TPV (Toute Petite Voiture o “auto pequeño”) nació el proyecto de un utilitario compacto que se adaptara a la perfección a las necesidades de una sociedad todavía muy rural, que necesitaba mejorar sus desplazamientos.

Confort y habitabilidad eran dos puntos clave, y por lo mismo, el primer elemento relevante fue la suspensión, que se trabajó con la consigna de que el auto pudiera transportar un canasto con huevos a través de los difíciles caminos rurales sin que se rompiera ninguno. El segundo punto tenía que ver con el espacio interior, que debía ser suficiente para llevar a cuatro adultos. El propio Boulanger, que era un hombre bastante alto, debía ser capaz de subirse al auto con el sombrero puesto.

El resultado de este experimento fue un modelo extremadamente sencillo y de diseño singular, obra del genio de Flaminio Bertoni. Tenía una ligera carrocería de aluminio corrugado que le permitía pesar apenas 370 kilos en seco, unos asientos que colgaban desde una estructura tubular en el techo, más parecidos a unas hamacas que a unos asientos convencionales, y con un costo tan acotado, que suponía un tercio del valor del 11 CV que por entonces vendía Citroën.

Y luego estaba el motor, mucho más pequeño de lo usual para la época, con dos cilindros, que generaba 9 caballos de fuerza, equivalente a la potencia fiscal de dos caballos de vapor. De ahí nació su nombre final, Deux Chevaux Vapeur o 2CV.

Para 1939 ya se habían producido 250 prototipos del 2CV en la fábrica de Levallois, e iban a ser presentados en el Salón del Automóvil de París de ese año, algo que finalmente no ocurrió tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Francia pronto estuvo ocupada por los nazis y en Citroën se dio la orden de hacer desaparecer los prototipos para que no cayeran en manos de los alemanes. Los vehículos fueron destruidos, sin embargo, algunos de los implicados en el proyecto se negaron a sacrificar su trabajo y ocultaron algunas de estas primeras unidades, manteniendo a salvo los estudios del desarrollo del prototipo. Cinco de esas unidades han perdurado hasta nuestros días.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se continuó con el proyecto y se introdujeron cambios significativos, como un nuevo motor de 375 cc con refrigeración por aire, una nueva caja de cambios de cuatro velocidades y el rediseño de los asientos. Además, se reemplazó el aluminio de su carrocería por un más robusto acero.

Citroën 2CV Type A en el Salón de París 1948

Fue el 6 de octubre de 1948, cuando las puertas del Salón de París abrieron para el público, que Citroën presentó en sociedad el primer 2CV denominado “Tipo A”.

El modelo alcanzaba los 65 km/h, rendía entre 20 y 25 kilómetros por litro y solo estaba disponible en color gris. Mientras algunos se burlaron de su original silueta, otros vieron en ella todas las cualidades aun carentes en muchos modelos: sencillez, ligereza, agilidad, confort, versatilidad... Desde los primeros días, el número de pedidos dio la razón a la marca y a sus diseñadores visionarios. 

Uno para cada necesidad

Con 42 años de producción ininterrumpida, el 2CV no se quedó sólo en el icónico modelo presentado en París, sino que fue evolucionando en mecánicas, tecnología, pero también en una ingeniosa oferta de carrocerías.

Citroën 2CV comercial

  • 2CV comercial : pensado para trasladar cargas a bajo costo, tenía suspensión reforzada, que permitía cargar hasta 500 kilos de peso. Su éxito fue tal, que más de 1.2 millones de unidades se produjeron en todo el mundo.
  • 2CV “Tipo AZL”: montaba un motor de 425 cc. que alcanzaba los 70 km/h.
  • 2CV Sahara: Una increíble versión 4x4. Para ello montaron dos motores con sus propias cajas de cambio, y cada uno accionaba un eje del auto.
  • 2CV “tipo AZLP”: más potencia y lujo, ahora con 13.5 Hp y una velocidad máxima a 85 km/h
  • Mehari: tenía una ligera carrocería de fibra de vidrio, lucía un diseño tipo “buggy” y podría descapotarse fácilmente, convirtiéndose en el vehículo favorito en las playas europeas.

En 1974 se realizaron las más grandes modificaciones estéticas al 2CV, introduciéndose faros rectangulares en lugar de los redondos, y se incorporó una protección de plástico en defensas.

Citroën 2CV Sahara

El 27 de julio de 1990, después de muchas modificaciones técnicas y ediciones especiales, cesa la fabricación de la 2CV a nivel global. Después de 41 años, 8 meses y 21 días de producción ininterrumpida, se vendieron en total 5,118,889 unidades.

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