Para conocer la historia de Aston Martin, primero hay que saber sobre quien fue el creador de este reconocido fabricante de automóviles.
Todo se remonta a Robert Bamford, un ingeniero británico, que junto con Lionel Walker Birch Martin fundó Bamford & Martin Ltd en enero de 1913 en un pequeño taller de Londres. Un año después de su instauración, esta empresa cambió su nombre por el de Aston Martin.
Sin duda, la pregunta de siempre es ¿por qué se eligió este nombre? Pues bien, esta denominación fue en honor a la exitosa carrera que logró Lionel Martin en el Aston Hill Climb en Buckinghamshire, Inglaterra.
A un año de su instauración, Martin creó su primer automóvil que se llamaría Aston Martin, este modelo se caracterizaba por instalar un motor Coventry-Simplex de cuatro cilindros en el chasis de un Isotta-Fraschini de 1908.
Desgraciadamente para sus creadores, la producción completa no pudo comenzar debido al estallido de la Primera Guerra Mundial. Esto hizo que Martin se uniera a la Armada y Bamford al Cuerpo de Servicio del Ejército Real. Al mismo tiempo, toda la maquinaria de la compañía fue vendida a la empresa de aviación Sopwith.
Después de la guerra, la compañía se mudó a Londres en 1920 y se diseñó un nuevo automóvil una vez más con el nombre de Aston Martin. Para ese mismo año Bamford dejó la compañía y cuatro años después, Aston Martin se declaró en quiebra por lo que fue recapitalizada por nuevos propietarios. Ante malos manejos financieros, el fabricante falló nuevamente en 1925 y la fábrica cerró en 1926, lo que motivó a Lionel Martin a partir de la firma que él fundó.
Tras de más de 20 años de su cierre, en 1947, Aston Martin resurgió gracias que el fabricante de tractores David Brown adquirió los derechos de la compañía. Bajo esta nueva era, los modelos de la firma británica tomaron sus iniciales, es decir, DB. Ante el alto desempeño y diseño llamativo de sus vehículos, Aston Martin logró un éxito inmediato a nivel mundial, tal es el caso del famoso DB5.
Aunque todo era maravilla, una vez más los problemas financieros aparecieron. La partida de Brown en la década de 1970 marcó un regreso a los tiempos difíciles, y la década de 1980 tampoco fue fácil: el lamentablemente llamado Aston Martin Nimrod, un regreso decepcionante a la pista, no ayudó.
Sin embargo, la compañía se salvó una vez más en 1987, cuando Ford Motor Company compró el 75 por ciento de Aston Martin, y luego adquirió el 25 por ciento restante en 1994. El penúltimo capítulo de la historia de esta casa británica ocurrió en marzo de 2007, cuando Ford la traspasó a un pequeño grupo de devotos adinerados de Aston Martin.
A esta serie de cambios y transacciones, hay que sumar dos más. En 2012, el fondo de capital privado italiano Investindustrial firmó un acuerdo para comprar una participación del 37.5 por ciento en Aston Martin, invirtiendo $180 millones de dólares como un aumento de capital.
Por su parte, en 2013, Aston Martin firmó un acuerdo con Daimler AG, que poseía una participación del 5 por ciento, para suministrar los motores Mercedes-AMG, así como sistemas eléctricos.
Aún con todos estos cambios de propiedad, Aston Martin se mantiene viva como una de las marcas de autos más legendarias, a la vez que está definida por tener algunos de los autos más bellos del mundo.