No damas y señores, el Mitsubishi Mirage G4 no, repito, no es una copia del Dodge Attitude. Es cierto, que este último llego primero, pero en realidad todo es a la inversa. Aunque ya hemos abordado esto con anterioridad, aún hay dudas al respecto, así que para disuadirlas hagamos una pequeña retrospectiva.
Como bien recuerdas, Chrysler no ha desarrollado un auto subcompacto propio en décadas, por ello, para cubrir este hueco, que representa el grueso de ventas en nuestro país, esta compañía siempre ha tenido que recurrir a externos, como Hyundai.
De este tipo de acuerdo, nace el Attitude, cuyas primeras iteraciones no son otra cosa que Accent de generaciones pasadas, que, gracias a anagramas y cambios de logotipos, fueron remarcados como Dodge. Pero, cuando Hyundai decide llegar por su cuenta a nuestro país, ya no renueva este acuerdo.
Es aquí donde FCA México recurrió a Mitsubishi, empresa en aquel entonces representada por la firma ítalo-estadounidense en nuestro país, para dar vida a la tercera generación del Attitude (lanzada como modelo 2015) que no es otra cosa que un Mitsubishi Mirage G4/Attrage diferenciado con algunos distintivos cosméticos. Desde entonces el Attitude es el auto más vendido de la marca, pero a pesar de eso, su continuidad en el mercado mexicano, no está del todo garantizada a largo plazo.
Esto se debe a que nuevamente un giro del destino nos da una sorpresa y es que tras integrarse a la hoy tambaleante Alianza Renault-Nissan, Mitsubishi decide que es momento de independizarse y establecer su propia red de concesionarios en México, y por supuesto, tras observar el éxito del Attitude, la firma japonesa no dudó ni un momento en introducir al modelo original, el anteriormente mencionado Mirage G4.
Aclarada esta duda, que, aunque no lo creas es bastante común (haz un sondeo en redes sociales), ahora sí, vayamos a la prueba de manejo.
VEAMOS QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE ESA NUEVA PARRILLA
Los cambios estéticos con relación al Dodge son menores, de hecho, prácticamente podríamos decir que se reducen a una parrilla que muestra el verdadero rostro de este auto, espejos retrovisores con luces direccionales, así como los respectivos anagramas y logotipos alusivos. Por cierto, todos estos elementos dejan el cromo a favor de una tonalidad más oscura. Incluso los rines son los mismos del Attitude, sólo que en color negro.
Puertas adentro, todo luce muy similar con lo que hasta ahora conocíamos, pero de nuevo tenemos sutiles diferencias como las vestiduras de los asientos bitono rojo/negro, así como aire acondicionado automático. En general parece poco, pero si se da un ligero incremento en la percepción de calidad en relación con el Attitude.
En cuanto a equipamiento, tenemos algunos destacados como una pantalla táctil de 6.2 pulgadas con radio, CD, MP3, entradas USB como Auxiliar, y se puede conectar por BT, encendido como apertura presencial, volante al igual que la palanca de velocidades forrados en piel, insertos en negro piano, además de cristales y seguros eléctricos (estos últimos se activan desde el botón de la manija del conductor).
En este sentido, el Attitude tiene una ligera ventaja ya que cuenta con una pantalla a color táctil de 7 pulgadas compatible con Google Android Auto y Apple Car Play, además de un hub USB 2.0 de alta velocidad (12 Mbps) con capacidad para 1,200 archivos. Tal vez, esta sea una de las pocas diferencias importantes entre ambos modelos.
En el rubro de seguridad tenemos dos bolsas de aire y frenos ABS con EBD (disco adelante, tambor atrás) en todas las variantes. Sólo en tres de las cuatro versiones, asistente de arranque en pendientes como control de estabilidad. Por cierto, es capaz de albergar a cinco pajeros y la cajuela, de boca amplia y de fácil acceso, anuncia una capacidad de 450 litros.
MANEJO CONOCIDO
Sí en el exterior los cambios estéticos son mínimos, pero evidentes, en el apartado mecánico no hay nada nuevo que contar, pero dependiendo del cristal con el que se miré puede ser una buena o mala noticia.
Es positivo porque de antemano sabemos que el motor de tres cilindros de 1.2 litros con 78 Hp y 74 lb-pie es famoso por su ahorro de combustible. Por el lado opuesto, es altamente conocido que su desempeño dinámico es bastante justo, sobre todo cuando se opta por caja automática CVT, como nuestra unidad de pruebas que corresponde a la versión GLS CVT (también existe la opción de una manual de cinco velocidades).
Entendido esto, tenemos que la aceleración no es su fuerte. En carreteras planas no hay mayor problema, pero en subidas o en recuperaciones se le tiene que exigir de más. Sobre la puesta a punto de la suspensión, ésta presume una puesta a punto confortable que absorbe las deformaciones del camino. La dirección electroasistida es muy dócil en tránsito urbano, pero a altas velocidades se agradecería que fuera un poco más rígida.
Finalmente, el funcionamiento de la caja CVT siempre busca el mejor consumo de combustible y la mayor suavidad. Algo agradecido cuando estás atorado en el tráfico de la hora pico, pero si requieres salir a carretera, ten por seguro que utilizaras la casilla Ds (sport) que, aunque te dará una mejor movilidad, castigará el consumo de combustible.
Hablando de ello, según el portal gubernamental ecovehículos, el Mirage G4 anuncia una eficiencia de gasolina de 18.09 km/l en situaciones próximas al tráfico real. A nosotros en una ruta de 201 kilómetros donde combinamos ciudad, carretera y caminos de montaña, nos arrojó un rendimiento de 15.49 kilómetros por litro.
Nada mal, pero tampoco es una cifra que nos sorprenda. Por experiencia previa, si realmente quieres un mayor ahorro de gasolina que roce los 20 km/l, debes inclinarte por la caja manual, aunque para ello debas renunciar al confort.
CONCLUSIÓN
En una estrategia que recuerda fuertemente la década de los noventa, en donde Plymouth, Dodge, Chrysler, Eagle y uno que otro Mitsubishi sólo se distinguían por nivel de equipamiento, parrilla y la cantidad de cromo o plástico. El Mirage G4 es lanzado en México para competir en el segmento de los sedanes subcompactos de entrada como Chevrolet Aveo o Ford Figo e incluso su mellizo, el Attitude, con el que comparte una destacada eficiencia de combustible y un buen espacio interior. Pero tiene la ventaja de que ahora sí, se vende bajo el paraguas de su marca progenitora, aunque también hay que tener en cuenta que la red de distribuidores de la nipona es, por el momento, más reducida que la de FCA.
Así se posiciona el Mitsubishi Mirage G4 2019 frente a sus principales rivales al día de la publicación de este artículo:
Mitsubishi Mirage G4 (2019) $215,000-$259,600 pesos
Dodge Attitude (2020) $219,900-$264,900 pesos
Chevrolet Aveo (2019) $220,300-$277,400 pesos
Ford Figo Sedán (2019) $220,900-$264,500 pesos