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Prueba de Manejo

Range Rover Evoque 2020 a prueba, lujo y tecnología en un envase pequeño

La segunda generación de la Evoque es muy sofisticada y transmite una experiencia vista en vehículos de la gama más alta

Range Rover Evoque 2020 a prueba, lujo y tecnología en un envase pequeño

Casi una década después de que Land Rover inaugurara la categoría de las SUVs pequeñas de lujo llega la segunda generación de la Range Rover Evoque.

La Evoque arribó al mercado en 2011 y resultó todo un éxito, logrando colocar 770,000 unidades, sin embargo, la renovación ya era justa y necesaria, por lo que el fabricante aprovechó para convertirla en la punta de lanza para Land Rover, gracias al debut de un sistema de hibridación ligera.

Un dato importante es que, para esta segunda entrega, ya no habrá variante de dos puertas, un movimiento lógico si revisamos la estrepitosa caída que han experimentado las carrocerías coupé a nivel global.

La nueva Range Rover Evoque 2020 es bastante pequeña, mide apenas 4.3 metros, aunque luce atlética gracias a unas las proporciones bien logradas que se consiguen gracias a su anchura de 2 metros, así como sus inmensos neumáticos.

En lo general las formas de la Evoque original, particularmente la caída del toldo que se asemeja a la de un coupé, aunque los trazos ahora están mucho más suavizados y redondeados, incluso la evolución es tan natural que en primera instancia se podría pensar en que se trata de una actualización menor, sin embargo no lo es. Es un producto completamente nuevo.

Por otra parte, el parecido con su hermana mayor, la Range Rover Velar es notable, lo cual es una gran noticia, dicho de otra forma, la nueva Evoque se ve como una Velar recortada.

El primer Mild Hybrid de Land Rover

Bajo el cofre encontramos un bloque 2.0 litros turbo con 250 hp y 269 lb-pie, este mismo motor pero con 200 hp está disponible para las versiones de entrada. La transmisión es automática de nueve velocidades y envía la potencia a las cuatro ruedas vía un sofisticado sistema AWD que se puede controlar mediante el Terrain Response System de segunda generación, que ofrece modos de conducción off-road – nieve, lodo, grava, etc-.

Aunque el modo “Auto” hace el trabajo de manera automática, detectando mediante numerosos parámetros como: dirección, acelerador, inclinación y tracción, la cantidad de torque que es necesario enviar a cada rueda. Entonces, y aunque ver una Evoque fuera del camino sea una vista poco común, las capacidades fuera del camino son, como buen Land Rover, bastante serias. Como dato, la capacidad de vadeo es de 60 cm, nada mal para un vehículo cuyo enfoque no es el 4x4.

La nueva Range Rover Evoque también debuta una nueva plataforma denominada Premium Tranverse Archquitecture, que es 13% más rígida y es también más ligera, un aspecto que era necesario debido a que el sistema Mild Hybrid de 48 volts aporta 35 kg extra. Este sistema funciona básicamente igual al de Audi o de Mercedes-Benz, apoyando en situaciones como arranques o adelantamientos para disminuir consumos (-6%) y emisiones, al tiempo que mejora dramáticamente el funcionamiento del Start & Stop que ahora es muy suave, incluso, hay muchas ocasiones en las que no te vas a dar cuenta de la transición entre el motor eléctrico y el de combustión.

Un interior simplemente espectacular

Puertas adentro, la Range Rover Evoque 2020 entrega una atmósfera impactante, los trazos son planos y muy rectos, sin embargo, se ve muy moderno y atractivo. La calidad de materiales (algunos son reciclados) y ensamble no tienen queja en absoluto, las decoraciones son de buen gusto y en lo general se ve muy sofisticada.

Destaca el arreglo de dos pantallas táctiles de 10” ubicadas en tablero y consola central, la resolución es excelente y aun cuando hay muy pocos botones físicos (solo tres), la ergonomía es de lo mejor. Desde este par de displays se pueden controlar prácticamente todas las funciones del vehículo y la interfaz es muy atractiva, por ejemplo, al reproducir una canción, despliega la portada del disco de una manera visualmente muy agradable.

Adicionalmente, la pantalla de la consola central lleva integrados dos controles en forma de anillo, al interior se despliega la temperatura o intensidad del climatizador, pero si lo presionas, su función cambia y ahora puedes controlar la calefacción de los asientos.

El clúster de instrumentos es digital de 12” y es completamente configurable, mientras que el Head Up Display te ayuda a complementar la cantidad de información que puedes consultar.

Por su parte, el volante multifunción merece mención aparte, tiene una inserción metálica en la periferia que le da un toque muy elegante, pero también se disfruta al tacto, luego, a los costados del centro encontramos unos controles muy interesantes. No hay botones físicos, las distintas funciones están dibujadas en una superficie negra que al activarlas se enciende una luz de LED, se ve muy limpio, moderno y es fácil de utilizar.  

Siguiendo con las amenidades, el sistema de audio está firmado por Meridian y suena impresionante, mientras que el techo panorámico es gigante, aunque no se puede abrir.

En cuanto a practicidad, el tener un reposabrazos dividido resulta muy útil, ya que no obligas al copiloto o viceversa a quitar el brazo cuando quieres sacar algo del compartimiento central. Asimismo, el portavasos doble de la consola central está oculto debajo de una tapa que puede funcionar como charola para colocar algún objeto, aunque para dejar al descubierto el portavasos es necesario remover dicha tapa y aunque cabe perfecto en la guantera, termina estorbando, por lo que sería más práctico que fuera retráctil como sucede en casi cualquier otro auto.

Ya en la banca trasera, hay total congruencia de materiales con respecto de la parte frontal, la experiencia es excelente y aunque se trata de un vehículo pequeño, dos adultos de buen tamaño pueden viajar con total comodidad. Esto se debe a que el espacio para las piernas es mejor de lo que podrías pensar en un inicio y segundo, porque el diseño del asiento permite acomodar pasajeros bastante altos y dejar buen espacio para la cabeza.

Manejo enfocado en el confort

Tenía mucho tiempo de no probaba un Land Rover, entonces esta nueva generación de vehículos y motores para mi eran algo completamente desconocido, y tengo que decir que resultó una agradable sorpresa. La segunda generación de la Evoque está muy bien aislada ya sea de ruidos producidos por el trabajo mecánico, como de los generados por el entorno. Por su parte, la suspensión es adaptativa de manera automática y ajusta muy bien para ofrecer trayectos muy cómodos y relajados, es entonces un gran vehículo para uso citadino. Ya que la atmósfera en el interior es impecable y el desempeño es muy suave.

Lo anterior no quiere decir que esté limitada para salir a carretera, por el contrario, puede ir a muy buenos ritmos y transmite confianza bajo cualquier circunstancia, es decir, cumple cabalmente, aunque tampoco podría decir que es particularmente rápida o que sus reacciones son las más ágiles. Cumple muy bien, pero está claro que no tiene pretensiones realmente deportivas.

Para precisar mejor, la nueva Evoque no es una camioneta de corte deportivo, prueba de ello es que la dirección está ligeramente sobre asistida y ello provoca que se perciba cierto grado de desconexión con lo que sucede con las ruedas, nada grave, pero retroalimente menos que un vehículo de Audi, BMW o Mercedes-Benz. Y regresando a la suspensión, el ajuste es más bien suave, no se hace tan rígida como para convertirse en un devorador de curvas.

Sin embargo, lo anterior no demerita en absoluto las virtudes de la nueva Evoque, que como vehículo premium, entrega una experiencia y manejo de gran nivel.

Por último, tengo que decir que ya pecando de quisquilloso, la transmisión de 9 velocidades puede resultar ligeramente errática en algunos momentos, particularmente cuando circulamos a muy baja velocidad, es decir, no esperes la suavidad y refinamiento de la automática de ocho velocidades de BMW o de la 9G Tronic de Mercedes. Aunque tampoco patea, ni llega a ser ríspida de funcionamiento.

Conclusión

No queda la menor duda que la Range Rover Evoque 2020 entrega una experiencia impecable, es un producto premium en toda la extensión de la palabra e incluso logra transmitir que se trata de un producto de gama alta gracias al nivel de atención al detalle en todos los aspectos, así como su precio. Para poner en perspectiva, si hiciéramos una analogía en la gama de BMW o Audi, se percibe mucho más como una X5 o Q8, que como una X1 o Q2 respectivamente.

Sin embargo, el gran reto de la nueva Evoque radica en que por 1.2 millones de pesos que cuesta la versión probada (First Edition), accedes a las versiones más equipadas del segmento inmediato superior en Audi, BMW o Mercedes-Benz. Es decir, por esa cantidad bien podrías adquirir un SQ5, X3 M40i o GLC 43 AMG e incluso por un poco más, la Porsche Macan S, todas ellas no solo más grandes, sino también con desempeño dinámico superior. Con lo cual, la elección queda enteramente del lado emocional. Afortunadamente, un factor en que esta nueva Range Rover Evoque 2020 sale bastante bien librada.

 

Range Rover Evoque - Elegancia en un envase pequeño | Autocosmos

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