Dentro de las tantas tendencias que están definiendo el rumbo del mundo automotor, una de las que más destaca es la conducción autónoma. Aunque todavía faltan algunos años para que esta tecnología se popularice, desde ahora, es evidente que los vehículos autónomos no sólo harán la vida más fácil para los automovilistas, sino que también harán que los viajes sean más seguros.
Dependiendo del grado de automatización, la cantidad de accidentes será menor, ya que cerca del 90 por ciento de los percances viales son consecuencia de errores humanos. Sin embargo, para que este porcentaje baje de manera drástica, será inevitable abolir de un día para otro a los automóviles convencionales. De igual manera, la tecnología no es 100 por ciento perfecta por lo que es susceptible a fallar.
Ahora bien, para estar más inmersos con los vehículos de conducción autónoma es importante tener en cuenta que estos autos están dotados de una serie de cámaras, sensores y radares que permiten capturar todo lo que está alrededor, incluidos peatones, señales de tráfico, intersecciones. Una vez que estos elementos determinan lo que hay alrededor, también procesan constantemente la distancia que hay con el vehículo.
A esta tecnología también se suma el sistema GPS que permite saber la ubicación real del vehículo, además que proporciona toda la información sobre nombres de calles, sentidos, distancias, entre otros. A su vez, la comunicación con otros vehículos es fundamental, ya que permite compartir datos con el objetivo de hacer más fluido el recorrido.
Todo esto en conjunto, hace que el automóvil, frene, acelere y gire de manera independiente gracias a las señales que envía el software a cada uno de los componentes que hacen que un vehículo tenga movimiento.
Ahora, no todos los vehículos ofrecen el mismo nivel de automatización, de ahí que existan automóviles asistidos, semi-autónomos, altamente autónomos, y completamente autónomos. Es por ello que cuando se habla de un vehículo autónomo se señala el nivel de conducción automatizada que ofrece.
Para dejar en claro esto de los niveles de los vehículos autónomos, a continuación, explicamos lo que quiere decir cada uno de ellos:
Nivel 1: Conducción asistida
- El conductor está controlando constantemente el vehículo.
- El conductor debe vigilar constantemente el tráfico.
- El conductor es responsable por infracciones de tráfico y daños.
- Los sistemas de asistencia individual ayudan con ciertas tareas de manejo.
Al día de hoy, la conducción asistida en muchos autos ya es una realidad. Por lo tanto, el control de crucero asegura que se mantenga la velocidad seleccionada, el control de crucero automático (ACC, Control de crucero adaptativo) frena o acelera el automóvil dependiendo de la distancia hasta el automóvil que se encuentra en el frente. Por lo tanto, se asegura de que no se exceda la distancia de seguridad.
Nivel 2: Conducción parcialmente autónoma
- El conductor está controlando constantemente el vehículo.
- El conductor debe vigilar constantemente el tráfico.
- El conductor es responsable por infracciones de tráfico y daños.
- Bajo condiciones definidas, el vehículo mantiene el carril, frena y acelera.
En la conducción semiautomática, el automóvil a veces puede realizar algunas tareas por su cuenta, sin la intervención de un ser humano. Por ejemplo, un automóvil de nivel 2 es capaz de mantener, frenar y acelerar en la carretera al mismo tiempo.
Para este propósito, los fabricantes de automóviles combinan diferentes sistemas individuales entre sí: en este caso, el control de crucero adaptativo automático con el freno de emergencia y el sistema de advertencia de cambio de carril.
A diferencia de la conducción asistida en el nivel 1, el conductor de los automóviles del nivel 2 puede retirar brevemente las manos del volante cuando el automóvil está en modo semiautomático. Sin embargo, siempre debe monitorear los sistemas de asistencia y corregir las fallas.
Nivel 3: Conducción altamente autónoma
- El conductor puede alejarse temporalmente de la tarea de conducción.
- En las aplicaciones especificadas por el fabricante, el automóvil conduce de forma independiente.
- El conductor debe hacerse cargo a corto plazo a petición del sistema.
- El conductor solo es responsable si no cumple con esta solicitud.
En el caso de los automóviles altamente automatizados (Nivel 3) pueden realizar ciertas tareas de conducción de forma independiente y sin intervención humana, pero solo por un período de tiempo limitado y bajo las condiciones especificadas por el fabricante. Rebasan, frenan, aceleran, dependiendo de cómo la situación del tráfico lo requiera. Esto significa que el conductor puede, por ejemplo, leer el periódico o dirigirse a las personas que van en los asientos traseros. Sin embargo, si el sistema detecta un problema informa al conductor por medio de una señal que debe tomar el control de inmediato.
Nivel 4: Conducción totalmente autónoma
- El conductor puede abandonar completamente la guía del vehículo y convertirse en pasajero.
- El vehículo gestiona los viajes en ciertas rutas (por ejemplo, autopistas, estacionamientos) de manera completamente independiente.
- Igualmente, los pasajeros pueden dormir, usar su teléfono inteligente o leer un periódico.
- El sistema reconoce sus límites a tiempo para que pueda lograr un estado seguro de acuerdo con las reglas.
- Los pasajeros no son responsables por violaciones de tráfico o daños durante el viaje completamente automatizado.
En este nivel, los sistemas técnicos realizan todas las tareas de conducción automáticamente, por lo que el automóvil puede cubrir distancias más largas sin intervención. Gracias a ello, el auto podría conducir hacia la carretera, incluso en el tráfico a alta velocidad, seguir el carril, rebasar, frenar si es necesario, acelerar y finalmente abandonar la carretera nuevamente.
Nivel 5: Conducción Autónoma
- Sólo hay pasajeros sin una tarea de conducción.
- Los viajes sin conductor y/o pasajeros son posibles.
- La tecnología en el automóvil hace frente a todas las situaciones de tráfico.
- Los pasajeros no son responsables por infracciones de tráfico o daños durante el viaje autónomo.
Con la quinta y última etapa, se completa la conducción autónoma. El auto ahora está completamente ejecutado por el sistema y realiza todas las tareas necesarias automáticamente. Incluso las situaciones complejas, como cruzar una intersección, conducir en una glorieta o hacer lo correcto en un cruce de peatones, pueden ser dominadas por el auto autónomo.
No hay más conductores, solo pasajeros . Si ocurre un accidente, estos pasajeros no serían responsables, los daños tendrían que ser pagados por el fabricante, el propietario (por ejemplo, el operador de una flota de taxis autónomos) o el seguro. Hasta ahora, sin embargo, no existe un marco legal para los vehículos autónomos: los derechos y obligaciones de los fabricantes de automóviles y el software y seguros regulatorios en este modo de operación aún no están del todo claros.