Durante 2011, la Policía Federal registró 412,087 siniestros de circulación con víctimas en nuestro país, en los cuales fallecieron 16,615 personas y resultaron heridas 135,735. Lo que supone un aumento de la tasa de mortalidad cada 100,000 habitantes, de 14 en 2007 a un 14.4 en 2011.
La evolución y popularización de los sistemas de seguridad activa y pasiva en los vehículos es, sin duda, uno de los principales factores que podrían influir de una manera positiva en conseguir una disminución de víctimas en siniestros de tránsito por lo que Fundación MAPFRE realizó el estudio “Evolución de los sistemas de seguridad entre 2007 y 2012 en México. Análisis de la evolución del equipamiento de seguridad de serie en turismos”.
En dicho estudio analiza los elementos de seguridad de serie en los modelos más vendidos en México en los últimos seis años y estudia de modo individual el equipamiento de un total de 16 sistemas de seguridad instalados de serie en 13 segmentos diferentes. De este modo, la investigación cubre cerca del 100 por ciento de todos los vehículos vendidos de cada segmento en México en el periodo citado.
Este estudio arroja que en los últimos años se ha alcanzado una notable presencia de algunos de los elementos de seguridad más importantes, que, en ocasiones (como el ABS en el año 2012) llegan a superar el 62% del parque automotor. La distribución electrónica de frenado ha crecido en implantación, a lo largo del período estudiado, en un 15%, al igual que el sistema de servofreno de emergencia, que sube un 21% desde 2007 a 2012. En cuanto al control de tracción y de estabilidad, es equipamiento de serie en 2012 en un 35% y 33% del respectivamente.
Introducir un elemento de seguridad en un vehículo es el último paso de un largo proceso de pruebas, y estudios, pero es el juicio de los mercados el que, finalmente, dará el veredicto final. La tendencia en alza de elementos como el ABS o los airbags delanteros (conductor y acompañante) dan idea de qué demandan más los clientes.
En cuanto a la seguridad pasiva, las bolsas de aire delanteras se mantienen, superando el 49% en estos seis años, llegando a alcanzar el 57% y 56% de implantación respectivamente en 2012. La bolsa de aire de rodilla apenas ha tenido repercusión a lo largo de los años y el sistema de anclajes para sillas infantiles Isofix tiene un mínimo porcentaje de implantación, que no rebasa el 19%.
Respecto a los sistemas de asistencia al conductor, son las luces antiniebla delanteras, los elementos más incorporados, un 44% en 2012 del parque analizado. A su vez, el control de crucero es el segundo sistema en encontrarse de serie. Sin embargo, su representación es escasa ya que no supera el 23% de la muestra de vehículos analizados.
Este informe señala que en los segmentos más pequeños, los vehículos que no cuentan con los sistemas analizados como equipamiento de serie tampoco los comercializan como opcionales.
Otros elementos, como el control de crucero adaptativo, no se destacan en ningún segmento. La razón hay que buscarla en que algunos fabricantes –ante la competencia de otros que luchan en el mercado por una participación mayor– se ven obligados a eliminar determinado equipamiento para mantener un margen que permita competir en precio con algunas garantías.
Por este motivo Fundación MAPFRE recomienda a los conductores que, a la hora de adquirir un vehículo, soliciten información precisa sobre las ventajas y las limitaciones de los dispositivos de seguridad activa y pasiva (ESP, distribución electrónica de frenado, activación automática de las luces de emergencia, cinturones de seguridad, pretensores, ISOFIX y bolsas de aire, entre otros), así como elementos de asistencia a la conducción (como el control de velocidad crucero, sistema de alarma de colisión o aviso de cambio involuntario de carril).
Recordemos que en el Estudio de Satisfacción 2014 elaborado por J.D. Power, la seguridad no es preponderante para la elección de un auto, a pesar de que pueda salvar tu vida por lo que un cambio de mentalidad a la hora de comprar no vendría nada mal.
Asimismo, señala que la información sobre la seguridad de los vehículos tiene que hacerse comprensible para los compradores, por ejemplo simplificándose la infinidad de nombres y siglas (más de 400 en la actualidad) y resumiendo de modo breve y claro los equipamientos con los que cuenta cada vehículo puesto a la venta.
“Creemos firmemente que la apuesta por la seguridad es, sin embargo, un elemento distintivo que, a largo plazo, acabará ofreciendo un retorno positivo a quienes la consideren” aseguró Miguel Ángel Coello, director regional de negocios y clientes Latinoamérica Norte de MAPFRE.