
Hubo una época en la que los autos de lujo eran verdaderas obras de arte, llenas de horas de trabajo a mano, materiales nobles y, sobre todo, un diseño que hasta hoy nos sigue maravillando, y lo que Mercedes-Benz presentó hoy en Shanghai, como Vision Iconic, es simplemente una máquina del tiempo, aspectro retro, tecnología del futuro.
Este espectacular coupé biplaza, nos recuerda a los deportivos de los años 30, combinando líneas clásicas, como la parrilla, que parece inspirada en la que se estrenó hace unas semanas en la nueva generación de la GLC, pero recuperando la estética clásica de modelos como los W 108, W 111 y el 600 Pullman, alta y delgada, coronada con el emblema de la marca alemana en la parte superior (que antes era la tapa del radiador).
También encontramos unos pequeños faros de LED con forma de estrella de tres picos (como los del CLA), unos enormes rines, seguro de 22 pulgadas, pero lo más interesante está en la cubierta de la carrocería, que tiene una pintura fotovoltaica (sí es una celda solar gigante) que puede utilizarse de forma inmediata o bien, almacenarse en la batería cuando el auto está estacionado, bajo el rayo del sol.
Según datos de la marca, dependiendo la ciudad (los días que hay sol a pleno), esta tecnología podría representar más de 20,000 kilómetros de conducción sólo con energía solar.
“El Vision Iconic encarna nuestra visión del futuro de la movilidad. Con innovaciones revolucionarias como la computación neuromórfica, la dirección electrónica, la pintura solar y la conducción altamente automatizada de Nivel 4, junto con tecnología de vanguardia, estamos estableciendo nuevos estándares para la era eléctrica y digital. Este hermoso vehículo es un testimonio de nuestro compromiso de hacer realidad la movilidad del mañana hoy”, afirmó Markus Schäfer, miembro del Consejo de Administración del Grupo Mercedes‑Benz, jefe de la Oficina de Tecnología, Desarrollo y Adquisiciones.
Pasando al interior, la firma no podía tener un gusto más retro y clásico, dejando una única banca corrida para conductor y pasajero, forrada en belur azul, dividida en el respaldo por un elegante inserto de color dorado. Las alfombrillas son del mismo tono, pero presentando un patrón de círculos sobre puestos (al más puro estilo del Art Deco), en un habitáculo totalmente minimalista.
El volante de cuatro brazos es el mando de una dirección electrónica (drive by wire), que Mercedes-Benz promete que es más rápida y cómoda de una dirección mecánica convencional, permitiendo un manejo más preciso a altas velocidades y confortable en el día a día
La parte más espectacular de toda la cabina es el tablero (hecho totalmente de cristal), que tiene forma de zeppelin, con un poco de inspiración steam punk y, obviamente, proyecciones holográficas, aunque la marca no entró en mucho detalle con este elemento. Debajo, también encontramos los pedales del acelerador y el freno, apenas separados, formando otro elegante óvalo.
Si bien los datos técnicos son bastante ambiguos en todo el boletín, Mercedes hizo énfasis en que este concept car monta tecnologías de conducción autónoma nivel 2, pero podría llegar hasta 4, gracias al uso de la inteligencia artificial, una tecnología que además estaría muy enfocada en hacer los cálculos necesarios para tener trayectos más eficientes y con el menor consumo de gasolina posible.