Entre los cerca de 80 autos participantes, fue el Maserati GT2 Stradale el que se robó todas las miradas, mostrando que el Tridente sigue marcando el paso cuando se trata de unir tradición, diseño y desempeño.
El evento no fue una competencia de cronómetro ni de velocidad, sino una experiencia que celebra el placer de conducir con el lema “slow down to go fast”. La ruta, de más de siete kilómetros sobre la histórica Strada Borromea, reunió desde íconos clásicos italianos hasta modelos contemporáneos de culto, siempre bajo el exclusivo filtro: “only cool cars allowed”.
En este escenario, el GT2 Stradale apareció vestido en Giallo Genio con un interior negro y gris, iluminando la montaña con su presencia y el rugido de su motor Nettuno V6 biturbo de 640 hp.
Esta mecánica le permite acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 2.7 segundos y alcanzar una velocidad tope superior a los 320 km/h. Además, es 60 kg más ligero que el MC20, lo que lo convierte en el Maserati de combustión más potente y radical homologado para carretera.
El GT2 Stradale es heredero directo del Maserati GT2 de competición, modelo que marcó el regreso de la firma a los campeonatos de autos de ruedas cubiertas. Su propuesta combina la elegancia atemporal de la marca con la emoción pura del motorsport, ofreciendo al mismo tiempo usabilidad diaria. Así, Maserati traslada la esencia de sus pistas a las carreteras, sin perder comodidad ni refinamiento.
Con esta participación, la marca italiana reafirmó su papel como referente de la cultura automotriz contemporánea: una firma que equilibra Made in Italy, innovación y pasión por la conducción. El Tutto BeneHillclimb fue el escenario perfecto para recordar que Maserati no solo fabrica autos, sino experiencias capaces de emocionar a coleccionistas, entusiastas y público en general.
El GT2 Stradale no solo brilló en la montaña; también demostró ser el nuevo estandarte de la filosofía Maserati, donde cada detalle respira historia de competición y cada aceleración promete una dosis de adrenalina con sello italiano.
