
En medio de un entorno cada vez más competitivo, Nissan da un paso estratégico para afinar su enfoque: planea reducir su participación en Renault del 15% al 10%, según declaró el CEO Ivan Espinosa al diario Nikkei.
Esta decisión, más que una ruptura, representa una evolución lógica de una alianza que lleva más de dos décadas y que desde 2023 ha entrado en una nueva etapa.
La movida sigue los términos del acuerdo alcanzado en marzo, donde ambas partes acordaron bajar sus participaciones mínimas recíprocas a 10%.
Nissan vendería un 5% de su participación actual, lo que le generaría unos 100 mil millones de yenes (alrededor de 640 millones de dólares), capital que se destinaría al desarrollo de nuevos vehículos.
El mensaje es claro: menos capital atado a alianzas y más inversión en producto. Espinosa lo dijo sin rodeos: “Estamos reduciendo nuestra participación cruzada para invertir en vehículos”. Un enfoque acertado, en línea con los desafíos del mercado global y las exigencias de electrificación, autonomía y conectividad.
La noticia coincide con el anuncio de la salida de Luca de Meo de Renault, quien dejará la automotriz para asumir un rol fuera del sector.
A pesar de estos movimientos, Nissan aseguró que no hay cambios en el acuerdo de cooperación con su socio francés y que la decisión sobre la venta de acciones aún no está cerrada.
Renault, por su parte, sigue desmontando gradualmente su participación en Nissan, lo que refuerza el nuevo balance de poder entre ambas.
La alianza sigue viva, pero más ligera y flexible, con cada marca enfocada en lo que más importa: productos relevantes y sostenibles en un mercado ferozmente competitivo.