Vende tu auto
Autos clásicos

GM Electrovan 1966: el primer auto a hidrógeno

La NASA y la industria automotriz siempre han tenido una estrecha relación y este es un gran ejemplo.

GM Electrovan 1966: el primer auto a hidrógeno

Hace casi seis décadas, General Motors presentó un proyecto tan audaz como visionario: el Electrovan, el primer vehículo del mundo propulsado por una pila de combustible.

Inspirado por la tecnología utilizada en el programa espacial Apolo, donde las pilas de combustible eran esenciales para generar energía, agua y oxígeno a bordo, GM adaptó esa misma innovación para explorar su potencial en la industria automotriz.

Liderado por el ingeniero Craig Marks y en colaboración con Union Carbide, el equipo de GM comenzó en 1966 a equipar una GMC Handi-Van con los sistemas de hidrógeno y oxígeno más grandes jamás instalados en un vehículo.

Más de 200 ingenieros participaron en el desarrollo del proyecto, comenzando con una capacitación intensiva sobre una tecnología que era prácticamente desconocida fuera del ámbito aeroespacial.

GM Electrovan 1966

El resultado fue un vehículo con una autonomía estimada de 240 kilómetros y una aceleración de 0 a 100 km/h en 30 segundos. Pesaba 3,200 kg y la mitad de ese peso correspondía a su sistema de propulsión. Sólo podía transportar a dos personas debido al espacio ocupado por los tanques y componentes.

Por seguridad, el Electrovan nunca se utilizó en calles públicas y, durante una prueba, un tanque de hidrógeno explotó, lanzando escombros a 400 metros.

Aunque jamás se pensó como un modelo de producción, el Electrovan probó que era técnicamente posible propulsar un vehículo con celdas de combustible.

GM Electrovan 1966

Hoy, GM continúa esa visión con Hydrotec, su plataforma modular de celdas de combustible, pensada para vehículos pesados, estaciones de carga móviles, maquinaria minera y más. Cada cubo, del tamaño de una maleta grande, contiene 300 celdas y puede apilarse según las necesidades energéticas.

El Electrovan fue, sin duda, el primer paso de un camino que hoy se transita con una visión más clara y con tecnologías listas para transformar la movilidad del futuro.

Marco Antonio Sarmiento recomienda