Así como en la Ciudad de México, la temporada de jacarandas transforma las calles en un tapiz lila, en Japón ocurre lo mismo, pero con los cerezos, y justo es el elemento que sirve de inspiración para el Rolls-Royce Phantom Cherry Blossom.
Valiéndose del departamento Bespoke de Rolls-Royce, un cliente anónimo deseo usar a su nuevo Phantom Extended como un lienzo para plasmar su amor por el hanami, la tradición japonesa que consiste en contemplar la belleza de las flores, especialmente de los cerezos en flor, originando este increíble homenaje sobre ruedas.
La carrocería y rines del Phantom Cherry Blossom destacan por la pintura blanca exterior con un acabado similar al de un cristal, solamente interrumpido por la característica línea negra pintada a mano de los laterales y con una flor del cerezo a mitad de la puerta trasera del pasajero.
En el habitáculo predomina el color rosa, así como un cerezo bordado en el techo con sus respectivas Sakuras o flores de cerezo, acompañadas de decenas de estrellas LED para la iluminación ambiental.
Para crear este bordado se necesitaron 250,000 puntadas y seis meses de trabajo por parte de los artesanos de la fábrica.
También, destacan las molduras decoradas con pétalos blancos en los laterales de los asientos, paneles de las puertas y viga superior del cristal de separación con el puesto de conducción. Estos pétalos fueron creados con una sofisticada técnica de bordado en 3D, simbolizando la belleza efímera y la fragilidad de la vida asociada con las flores de cerezo.
Con motivo del centenario del Rolls-Royce Phantom, la firma ya nos había sorprendido con el one-off Dragon y ahora con Cherry Blossom, así que a lo largo del año podremos ver otras personalizaciones para este modelo.
Galería de Rolls-Royce Phantom Cherry BlossomIr a la galería
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