Corría 1965 en las 24 horas de Le Mans, ese año, en la carrera participaron en total once Ferraris pertenecientes a equipos privados y a la casa del Cavalino. Entre todos, se encontraba este 250 LM con número de chasis 5893 propiedad de un equipo particular, corriendo a manos de los pilotos Masten Gregory y Jochen Rindt.
Aquella carrera fue tan ardua como gloriosa para este auto y su equipo, pues luego de un comienzo difícil en el que apenas con cuatro horas ya habían caído 18 posiciones, la suerte comenzó a sonreírles con algunos problemas mecánicos en los imbatibles Ford GT40 que, como fichas de dominó, comenzaron a caer, colocando al Ferrari en el segundo lugar justo en la hora 18. Luego de algunas vueltas más, el auto líder pinchó un neumático y este Ferrari 250 LM se afianzaría definitivamente con el primer lugar, convirtiéndose en el ganador de la carrera.
Para los años consecutivos, este 250 LM volvió a correr en dos fechas más de Le Mans, y tres en las 24 horas de Daytona. Finalmente, en 1970 se jubiló de la competición y se vendió al Museo del Autódromo de Indianápolis donde pasó 54 años bajo techo, y en gran medida es por ello que actualmente se conserva en excelentes condiciones, tanto que podría alcanzar los 26.5 millones de dólares en la subasta parisina de RM Sotheby's.
Como dato adicional, cuando este Ferrari 250 LM ganó Le Mans en 1965, se convirtió en el único en hacerlo como auto de equipo privado; ni siquiera uno registrado por la marca figuró aquel año.