Desde diferentes medios internacionales como Carscoops, se reporta que fue Carlos Tavares, ex CEO de Stellantis, quién dió la orden para dejar de producir autos con el motor V8 Hemi que tanto aman los fanáticos de la marca. Días después de su salida, varios especularon con un cambio radical en el cual el Hemi V8 podría volver a muchos productos, incluyendo el nuevo Dodge Charger, sin embargo, ha sido la misma marca la que lo ha desmentido.
La información viene desde Jalopnik, en el que uno de sus colaboradores tuvo una entrevista con algunos ingenieros de Dodge en la que le confirmaron que un motor Hemi V8 no cabría de ninguna forma bajo el cofre del nuevo Dodge Charger. Y que de colocarlo, parte del motor quedaría expuesto sobre la línea del cofre, lo cual no cumpliría ni de cerca con los estándares de seguridad estadounidenses.
Para lograrlo, los ingenieros de Dodge tendrían que rediseñar gran parte del chasis y no solo eso. Al modificar un elemento tan importante del auto, requerirían volver a homologar el vehículo con nuevas pruebas de choque, diseño y producción de nuevos moldes, así como reajustar muchos otros elementos que volverían tal proyecto sumamente costoso y nada rentable para la marca a menos que se vendieran millones de esos autos a un ritmo nunca antes visto.
De igual forma, los mismos ingenieros dicen que volver a un motor V8 sería un discurso completamente contrario a lo que estaban buscando lograr con este Charger y es que ese objetivo es el de crear una nueva generación de muscle cars para el mundo moderno.
Por ahora el Hemi V8 solo seguirá viviendo en modelos como la Dodge Durango, Jeep Wrangler 392 y en los Chargers y Challengers que siguen en los puntos de venta de distintos países en donde aún no consiguen ser colocados con algún cliente.