Hace unos años atrás, emergió una breve pero curiosa moda, la de transformar autos deportivos en especiales de rally. Eso motivó a marcas como Porsche a mirar su pasado en el rally y fabricar lo que hoy conocemos como 911 Dakar, un 911 de la generación 992, con un despeje de 50 mm extra por sobre el 911 Carrera, con el motor del 911 GTS (473 Hp y 420 Lb-pie de torque) y piezas estéticas inspiradas en las del GT3. También luce un kit de ensanche, ganchos rojos, neumáticos Pirelli Scorpion All Terrain Plus, dos modos extra de manejo (Off-Road y Rally) y si lo deseas, el paquete Rally Design.
Cuando debutó en Los Ángeles, lo hizo con una librea que conmemoraba los colores de la tabacalera Rothmans, quienes han vestido muchísimos autos deportivos de época, en los tiempos donde se permitían esos auspicios. Para la despedida, el nuevo cliente de este último modelo ha sometido a esta unidad al tratamiento Sonderwunsch (Equipamiento Especial), el que hace un sutil tributo a esta librea, la del auto ganador del Dakar en 1984.
La parte inferior del 911 Dakar lleva un intenso color azul oscuro (Gentianbluemetallic), mientras que en la parte superior, se escogió un color amarillo brillante (Signalyellow). Ambos colores son separados por una franja color celeste (Lampedusablue). Los rines del modelo también llevan color amarillo, con el aro exterior en color celeste, al igual que los contornos de los focos delanteros. Vale destacar que toda la pintura exterior del auto se hizo a mano.
Por dentro, el amarillo es el color de contraste para un conjunto completamente negro. Lo podemos ver en el estampado de las butacas deportivas o en el selector de la transmisión PDK.
Antes de que su dueño se lo lleve, Porsche lo estará exhibiendo en su museo, entre otros modelos de edición limitada. Una despedida única para una serie limitada muy especial que honra un interesantísimo y relevante pasaje en la historia motorsport de la marca alemana.