A finales de los 90 e inicios de los 2000 en México Chevrolet vendía varios modelos como el Chevy, Tigra, Corsa, Vectra y Zafira, unos autos que los hicieron destacar bastante por su calidad y desempeño. Algo muy interesante de ellos es que no eran autos de Chevrolet al 100%, se trataba de autos de la marca alemana, Opel. Justamente la Zafira, una camioneta del segmento de los monovolúmenes, tiene una historia muy peculiar y es que Porsche estuvo muy involucrada en su desarrollo.
¿Por qué Chevrolet vendía autos alemanes?
Este tipo de colaboraciones son comunes en la industria automotriz. Generalmente cuando una marca no tiene productos propios para ofrecer ante ciertos mercados clave, buscan ayuda de otras marcas aliadas para complementar su alineación y así ambas salir beneficiadas.
Por ello General Motors aprovechó sus lazos con Opel en aquella época para vender en México varios de sus productos con los emblemas de Chevrolet. Tal cual sigue sucediendo hoy, pero ahora con marcas aliadas de China y el grupo SAIC.
¿Una minivan/monovolumen con alma de Porsche?
Porsche es mucho más que solo una marca de deportivos con mucha historia. Otra gran parte de su negocio es Porsche Engineering, una división que se encarga de desarrollar desde motores, chasis, suspensión y prácticamente todo lo que compone a un auto. Lo interesante es que lo pueden desarrollar tanto para sus propios productos cómo para otras marcas.
En la historia de esta división, Porsche ha ayudado a crear autos como el SEAT Ibiza de primera generación, el Audi RS2, Mercedes-Benz 500 E, varios modelos de LADA, entre muchos otros más.
Justamente por ello Opel se acercó a Porsche entre finales de los 90 e inicios de los 2000, pues Opel no se quería quedar atrás en el naciente segmento de los monovolúmenes europeos en el que Renault había encontrado una mina de oro al atacar primero con la memorable Renault Scenic.
Dicho producto de Renault estaba arrasando en ventas en Europa, por lo que Opel quiso entrar al juego, sin embargo, desarrollar un auto desde cero con una plataforma nueva y después adaptar miles de componentes no sería fácil. Por ello, el trabajo de suspensión y chasis fue encomendado a Porsche, quienes tan solo en dos años tuvieron la solución.
El resultado fue un chasis y suspensión muy bien logrados, que para el segmento al que apuntaban fue más que suficiente. La Chevrolet Zafira destacó por un buen manejo, comodidad y hasta una solución ingeniosa que permitía esconder su tercera fila de asientos para dejar una superficie completamente plana y más grande en la cajuela.
¡Vaya! el chasis fue tan bueno que Opel decidió hacer y vender una variante deportiva de este monovolumen, conocido como la Zafira OPC que añadía un motor turbo de cuatro cilindros y 2.0 litros a esta camioneta con lo que le permitía hacer el 0-100 km/h en 8.2 segundos y llegar a los 220 km/h. Claro que este modelo recibió algunos otros austes en suspensión, frenos y más, pero de no haber sido por ese chasis, no hubiera sido viable su construcción.
Gracias al trabajo conjunto la Zafira de primera generación tuvo mucho éxito en Europa y también en otros mercados como México. También por ello mismo es que en el Muso de Porsche en Alemania hay una Opel/Chevrolet Zafira en exhibición con parte de su estructura recortada para poder ver lo que hizo la rama de ingeniería de Porsche para lograr este producto.