Si bien los deportivos de cuatro cilindros tienen su público muy bien definido y, en la mayoría de los casos resultan bastante competentes, hay algunos cuya presencia no se entiende del todo, sobre todo cuando “arriba” de ellos hay monstruos por los que valdría más la pena pagar.
Es el caso del Mercedes AMG GT con motor de cuatro cilindros que, vamos, la idea no es mala, pues después de todo siempre habrá un espacio para ese mercado aspiracional que sabe del peso que tiene la estrella, pero que, sin embargo, le sigue costando llegar a los precios de las “altas esferas” como los V8.
Ahora bien, ¿realmente conviene como compra? Sobre todo cuando arranca en los $105,900 dólares, para empezar y eso, sin cargos administrativos adicionales, pero que de serie ya incorpora el siguiente equipamiento:
- Motor 2.0L de cuatro cilindros en línea turbocargado
- Tecnología de F1 en el sistema turbo
- Rines de 19 pulgadas
- Vestiduras de piel napa
- Sistema de sonido Burmester
- Cámaras panorámicas
- Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos.
Y luego están las opciones de equipamiento; ya sabes, rines de mayor diámetro, tapicerías especiales, suspensión Ride Control y todo eso que las marcas premium saben vender muy bien y que, en la mayoría de los casos, duplican el precio del auto más “normal”, solo que, al ponerle toda la farmacia a esta variante de cuatro cilindros, el precio se acerca peligrosamente al de la versión con motor V8 biturbo de 4.0 litros de 469 hp capaz de hacer el 0-100 km/h en 3.8 segundos; entonces, ¿cual vale más la pena?
La pregunta se puede responder sola, pero aun así, sigue siendo un Mercedes AMG.