Hoy la seguridad comienza a tomar más peso como un factor decisivo de compra entre los clientes de la mayoría de los segmentos automotrices. Especialmente, es un factor de peso cuando hablamos de autos de un grupo premium y también en los eléctricos. Ese tipo de preocupaciones son completamente válidas pues es una tecnología, que aunque lleva tiempo probándose, sigue siendo relativamente nueva, frente a lo que hemos conocido por décadas.
Por ello Exeed, la marca premium de Chirey, nos invitó a al menos tres pruebas de seguridad que viven sus autos para darnos un poco más de claridad sobre como se protegen sus baterías, pero también como trabaja la estructura de uno de sus modelos más nuevos, la Exeed Exlantix ET.
En un auto eléctrico podría decirse que la batería es uno de sus elementos más importantes, pero que también más riesgos representa debido a su densidad energética, pero también a su composición química.
Debido a lo anterior es que sí los componentes de la batería llegan a tener contacto con el agua u oxígeno pueden llegar a presentar una reacción química que provocará un incendio de grandes proporciones y que por sus características es muy difícil apagar solo con agua.
Teniendo en cuenta lo que te he contado, todas las marcas que desarrollan autos eléctricos ponen especial énfasis en crear armaduras para los paquetes de baterías de sus autos, para que siempre estén selladas contra distintos elementos y que a su vez puedan resistir golpes, rasguños y hasta evitar perforaciones para mantener la mayor seguridad posible.
Prueba de raspado de batería
En la primera prueba que pudimos ver, Exeed nos mostró como una camioneta ET completamente nueva avanzaba a 30 km/h hasta llegar a un punto en donde se encontraba una barra de metal que salía varios centímetros del suelo. Esta barra estaba pintada con pintura roja brillante para que constatáramos cómo impactaría de lleno contra la carcasa de la batería.
La prueba se ejecutó y después de un golpe que sonó bastante aparatoso y que nos dejó ver como la camioneta incluso se levantó un poco; los ingenieros de la marca acordonaron la camioneta, hicieron inspecciones y conectaron computadoras para verificar el nivel del daño.
Afortunadamente, la armadura resistió recibiendo solo rasguños y abolladuras que no se consideraron de riesgo, por lo que la camioneta podría seguir siendo usada sin problema alguno.
Sumersión de batería
Cómo te contaba, uno de los principales riesgos de una batería de auto eléctrico se encuentra en la entrada de agua al paquete de baterías, si eso llega a pasar, la batería queda completamente inservible, además representa un riesgo grave de incendio y descarga eléctrica. Por ello, es esencial que estén perfectamente bien selladas, en caso de que un auto quede atrapado en una inundación o bien que caiga a algún cuerpo de agua.
Para demostrar la resistencia al agua, Exeed dejó un paquete completo de baterías, sumergido por 48 horas a una profundidad de 50 cm. Tras ese tiempo, sacaron la batería del agua, la secaron y un equipo de ingenieros conectaron sus computadoras para verificar que los módulos siguieran operativos o si la batería detectó alguna intrusión de agua y procedió a desconectar internamente algunos elementos que la dejarían inutil y que a su vez reducen el riesgo de un incendio o descarga.
Tras un análisis rápido, nos mostraron que la batería seguía operativa, sin infiltración de agua. Sin embargo, si algo así sucediera, se recomienda llevar en grua el auto a taller para bajar la batería, desarmarla y comprobar completamente que sea segura para seguir siendo utilizada.
Otra prueba de este estilo involucró ver como la misma ET que se usó en el raspado de batería, pasaba por un vadeo de 50 cm de agua, en la cual no entró agua ni a la cabina y la camioneta pudo recorrer al menos 30 metros de distancia sin tener problema alguno, esta prueba se repitió al menos unas 15 veces pues tuvimos incluso la oportunidad de manejar la camioneta a través de una piscina pensada para ejecutar esta prueba.
Volcadura a 70 km/h
Generalmente la pruebas de impacto se realizan bajo estándares tradicionales que no rebasan los 64 km/h y desde ciertos ángulos. También hay pruebas de volcadura, aunque generalmente se hacen colocando el auto completamente de lado y lanzándolo contra una trampa de arena que funcionará como palanca y facilitará la volcadura.
En este caso, Exeed colocó un riel angulado al centro de su centro de pruebas de choque y lanzó la camioneta guiada por un cable de acero a 70 km/h. La camioneta subió al riel y de inmediato volcó para aterrizar sobre su lado izquierdo y seguir deslizándose por varios metros hasta hacer palanca con una de sus ruedas y volver a quedar en su posición original.
En video tanto en fotos, pudimos comprobar cómo la estructura no se deformó, mientras que las zonas de colapso y absorción de energía se deformaron para absorber cuanta energía fuera posible y así proteger a sus ocupantes.
Aunque por el daño a suspensión, dirección, explosión de bolsas de aire y carrocería, la camioneta se consideró perdida total, el paquete de baterías se mantuvo intacto. A pesar de lo anterior, diversas organizaciones de seguridad comienzan a trabajar con cuerpos de emergencia para capacitarlos sobre cómo actuar ante un choque e incendio de auto eléctrico, pues todos tienen varios puntos estratégicos donde se deben cortar unos cables que deshabilitan las funciones de alto voltaje y que permiten una mejor manipulación del auto en cuestión.
