Hoy se ha dado a conocer que al menos 21 congresistas de Estados Unidos han enviado una carta a la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para pedirle que tomé acción ante la llegada de tantas marcas de autos chinas a México que planean usar nuestro país como una plataforma para entrar a Estados Unidos sin pagar los enormes impuestos que ha colocado el gobierno estadounidense a las importaciones de esos productos directamente desde China.
En esta carta no sólo citan algunos de los problemas comerciales que eso causaría; también mencionan los riesgos de seguridad nacional que Estados Unidos ve en este tipo de productos. Pues creen que gracias a su tecnología, puedan obtener información sensible tanto de personas como de locaciones.
Parte de la carta menciona lo siguiente:
“Los vehículos modernos están equipados con sensores sofisticados, computadoras poderosas y grandes capacidades de conectividad que les permiten recolectar, almacenar y transmitir enormes cantidades de información sobre sus ocupantes y sus alrededores. Creemos que estas compañías chinas, que reciben enormes subsidios del gobierno chino, planean usar a México como base para entrar al mercado estadounidense.”
En la misma carta se propone un plan de acción que el nuevo gobierno de México debería tomar ante esta situación. Los congresistas estadounidenses piden los siguiente.
- En primera instancia solicitan la formalización de una política que niegue incentivos a toda compañía que esté relacionada al Partido Comunista Chino, incluyendo cualquier sociedad entre empresas mexicanas que busquen aliarse con alguna de China.
- En segundo lugar, piden crear un proceso de verificación a nivel de seguridad nacional para analizar los riesgos que podría tener el vender el vender estos productos hechos en China a la población mexicana. Especialmente centrándose en investigar los datos que los autos recolectan de sus ocupantes y entornos.
- La tercera “recomendación”, estipula que México envie una delegación a Estados Unidos para reunirse y colaborar con personal del gobierno para analizar y determinar el riesgo que implican estos autos chinos para ambas naciones.
Más adelante en la misma carta, los congresistas estadounidenses hacen énfasis en los planes de BYD para colocar una planta en México con la que puedan aprovecharse del Tratado de Libre Comercio para entrar al mercado estadounidense sin pagar las enormes tarifas que el gobierno estadounidense ha colocado a los autos chinos importados directamente desde China.
