El rechazo de la Fórmula 1 a la aplicación del equipo Andretti para formar parte de la parrilla de salida en 2026 parece que podría cimbrar los cimientos de la Máxima Categoría, pues el Departamento de Justicia de Estados Unidos abrió una investigación oficial contra la serie por el rechazo.
Para tener un contexto de lo serio que la justicia estadunidense se toma estas cosas, en 2015, después de que la FIFA le dio las sedes del mundial de 2018 a Rusia y del 2022 a Qatar, con muchos rumores de corrupción, aquél país abrió una investigación que sacó millones de dólares en sobornos, le costó el puesto de presidente de la FIFA a Joseph Blatter y mandó a muchos otros directivos del futbol mundial a la cárcel.
Así que Liberty Media (FOM) y sus compañías filiales deben estar en este momento limpiando toda la casa, pues a diferencia de la FIFA, que está afincada en Suiza, la dueña de los derechos comerciales de la Fórmula 1 está en Estados Unidos.
Hace unos dos años, el equipo Andretti y General Motors confirmaron sus intenciones de ingresar un nuevo equipo a la Máxima Categoría para la temporada 2026. Su aplicación fue aceptada por la FIA y la automotriz estadunidense se comprometió a tener un motor de F1 listo para la temporada 2028, bajo el sello de Cadillac.
Todo parecía ir muy bien, hasta el que el pasado 31 de enero FOM rechazó formalmente la aplicación de Andretti para inscribirse afirmando que su integración era irrelevante para el deporte y la categoría, ósea, “no creemos que generaremos mucho más dinero contigo y no queremos repartir el pastel en más pedazos”.
La única solución real que le dejaron fue la de comprar a uno de los equipos existentes y convertirlo en Andretti Cadillac, como hizo Audi con Sauber.
Tras una reunión de Mario Andretti, dueño del equipo y Campeón Mundial en 1978, con varios congresistas de Estados Unidos, éstos mandaron una carta a Liberty Media para que aclarara el rechazo al equipo, basados en la Ley Sherman.
Esta legislación antimonopolio busca fomentar la competencia en los mercados económicos mundiales, y prohíbe cualquier acuerdo, práctica o conducta comercial que restrinja el comercio o limite la competencia, especialmente con empresas estadunidenses.
En este caso, podría ser la protección de los intereses económicos de los 10 equipos actuales de la F1, que podrían tener que ceder parte de sus beneficios monetarios del reparto final del año de las ganancias.
No se han dado más datos sobre la investigación, que podría arrojar muchas otras sorpresas.